[dropcap]V[/dropcap]erdun, 1916. Cuando estalla la Gran Guerra, Irene Curie toma una decisión: la de estar lo más cerca posible del frente. Convencida de que ayudará a salvar muchas vidas, gastará hasta su último aliento en enseñar radiología a los cirujanos en los hospitales de campaña mediante aparatos portátiles ideados por ella y su madre, Marie Curie.