[dropcap]S[/dropcap]i hay algo que, plásticamente, me fascina de la mujer es el erotismo. El erotismo no entendido solo como algo sexual —aunque resulte paradójico— que aborde únicamente la búsqueda estética del propio cuerpo, sino también como una herramienta de atracción y seducción aplicada a cualquier campo de la vida. La fuerza de una mirada, el diálogo de una postura, la dirección de un hombro o una rodilla. El lenguaje del cuerpo que nos deja ver más allá de la piel y un poco más acá de la esencia más intima de cada mujer sin que importe su edad, su entorno, su educación o su condición social.