EspañaDuero presentó este jueves en Salamaq el informe «El Sector Agrario en Castilla y León 2018», en el que revela que la renta agraria de la Comunidad Autónoma se situó en 1.016,1 millones de euros, con una disminución del 50,8 por ciento con respecto a 2016, todo ello debido a la reducción de la producción vegetal como consecuencia de la fuerte sequía de 2017.
La caída en Salamanca fue del 20%, un porcentaje que aunque es muy elevado es solo el segundo menos malo de la región.
Zamora fue la provincia que más aportó a la renta agraria regional, con el 17,7 por ciento, seguida de Segovia y Salamanca, con un 15,8 y un 15,4 por ciento respectivamente.
El sector agroganadero y la industria alimentaria de Castilla y León alcanzaron el 8,5 por ciento del Valor Añadido Bruto, el 10 por ciento del empleo y el 12 por ciento de las exportaciones de la Comunidad, lo que sitúa a ambas actividades como “un sector estratégico” para la región “no solo por su trascendencia económica, sino porque suponen un elemento esencial para la cohesión y la vertebración del territorio, ayudando a fijar población”.
Así lo aseguró la coordinadora del informe ‘El sector agrario en Castilla y León’ de EspañaDuero, Felisa Becerra, quien tras explicar que la estructura del cuarto informe de estas características realizado por la entidad financiera “se mantiene similar” al de pasadas ediciones, entró a valorar los aspectos más destacados relativos a la industria agroalimentaria y la producción y renta agraria de Castilla y León.
En lo referente a la industria de alimentación y bebidas, esta aporta en torno al 5 por ciento del Valor Añadido Bruto y el 4 por ciento del empleo regional, con una cifra de negocios cercana a los 9.500 millones de euros que supone alrededor del 8,5 por ciento de la facturación del sector en España, y un número de población ocupada superior a las 37.500 personas, el 9,7 por ciento del total nacional.
La contribución de la industria alimentaria a la cifra de negocios de la industria regional asciende hasta el 14,7 por ciento, dentro de la cual, la industria cárnica aporta el 25,4 por ciento de las ventas y el 28,4 por ciento del empleo, seguida de las industrias lácteas, pan, pastelería y pastas, que aportan el 22,6 por ciento.
En cuanto al tejido empresarial, y a fecha de 1 de enero de 2017, Castilla y León contaba con 2.951 empresas y 3.607 establecimientos o locales, algo más del 10 por ciento de España, con un tamaño medio de menos de 10 empleados, puesto que solo el 3,1 por ciento de las empresas de la industria de alimentación y bebidas tienen más de 50 empleados.
El saldo de la balanza comercial agroalimentaria registró por su parte un superávit de 675,8 millones de euros en Castilla y León en 2017, descendiendo un 8 por ciento con respecto al año anterior. No obstante, el valor de las exportaciones agroalimentarias alcanzó los 1.884,4 millones de euros, lo que supone el 11,8 por ciento del valor total exportado por la región.
El principal destino de los productos agroalimentarios exportados desde Castilla y León fueron los países de la Unión Europea con un 75 por ciento, y en cuanto a las provincias, Burgos alcanzó el 26,1 por ciento del valor exportado por la región en 2017, seguido por Valladolid con el 19,5 por ciento, Palencia con el 17,1 por ciento y Salamanca con el 13,9 por ciento.
En cuanto al gasto de consumo en alimentación y bebidas no alcohólicas, supuso en torno al 15,5 por ciento del gasto total de los hogares de la región, lo que supuso una disminución del 0,2 por ciento hasta situar el gasto total en 3.810,7 millones de euros, 1.516,1 euros en términos de gasto per cápita.
