Fue visto y no visto, pero una hilera de coches oficiales y policiales ocuparon este sábado la rotonda de la carretera de Béjar a primera hora de la tarde.
Eran las 16.25 horas cuando las luces de los coches de la Guardia Civil de Tráfico, Policía Nacional y dos motoristas de la Policía Local anunciaban algo relevante.
Entre ellos un grupo de coches oficiales de gente principal, off course, que circulaban sabiendo que no tenían que detenerse en los semáforos ni ceder el paso a otros conductores.
Cochazos oscuros y monovolúmenes junto a otros más discretos de seguridad a todo trapo tras ellos.
Era la comitiva del presidente de Ecuador, Lenín Moreno, que se dirigía hacia la carretera de Madrid en busca del avión que lo devuelva a su país tras pasar dos días en la ciudad del Tormes, adonde acudió este viernes para recibir la Medalla de la Universidad de Salamanca.
El mandatario ecuatoriano agradeció el honor que representa recibir una distinción “que llevaré en mi corazón porque siempre he admirado a esta centenaria universidad por la que han transitado seres humanos extraordinarios”, y elogió el valor del conocimiento impartido en aulas como las del Estudio salmantino “por las que pasaron Fray Luis de León, Bartolomé de las Casas o Miguel de Unamuno”.