La hostelería salmantina está cerrada desde este viernes y durante 14 días para tratar de frenar el ritmo de expansión del virus. Una restricción de las que acaban de entrar en vigor, junto al cierre parcial de los centros comerciales, gimnasios y limitaciones de aforos en espacios públicos.
En realidad, los establecimientos hosteleros tuvieron que cerrar a las diez de la noche del jueves debido al toque de queda.
Pese a ello, a la lluvia y al frío, los más jóvenes quisieron apurar hasta el último minuto. Los más recalcitrantes no dudaron en juntarse en los espacios de moda del centro.