Los autobuses urbanos, que explota una empresa privada, sigue siendo un mundo aparte desde el inicio de la pandemia.
Fue la primera en poner en un Erte a 149 empleados nada más decretarse el estado de alarma en marzo, cuando aún ni sabíamos qué era, para seguir cobrando lo que percibe anualmente del Ayuntamiento, pero ahorrándose los salarios.
Se suspendió el servicio y a los dos días se restableció aunque la ciudad estaba vacía. Al restablecerse el servicio con la desescalada los trabajadores denunciaron que incumplía los protocolos anticovid, resaltando las cortinas de baño que utilizó como mampara antivirus en el interior del vehículo y que siguen puestas a día de hoy.
El Ayuntamiento se lo consiente todo a sus empresas consentidas. Fue regulando su aforo, que quedó en 20 personas máximo y luego fue ampliándolo hasta las 45. Las mismas que siguen en vigor a fecha de hoy convirtiéndose en el único lugar donde te puedes aglomerar cundo estamos semiconfinados para evitar precisamente eso, las concentraciones.
3 comentarios en «Sin control»
No se lo consiente el Ayuntamiento, sino las normas de la Junta y el Gobierno.
Todos los estudios vienen demostrando que el transporte público es muy seguro en trayectos urbanos cortos, ventilándolo bien y utilizando la mascarilla correctamente.
Lo que no es sano, es ir en un autobús de una provincia a otra con un 100% de aforo ocupado… Pero voy a dar la vuelta a la tortilla…. 45 personas manteniendo una distancia segura de 50cm ES SANO , 6 personas en una terraza NO . Tod@s a trabajar y hacinados como ganado… Enhorabuena a los que deciden!