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Rubén de la Barrera: un ‘enfermo’ del fútbol que busca ser profeta en su tierra

El entrenador coruñés coge el barco del Deportivo es su momento crítico para sacarlo a flote
Rubén de la Barrera
(Foto: Deportivo de la Coruña)

Todo empezó y termina (al menos hasta el momento) en Galicia, su tierra natal. Del Ural FC hasta todo un Deportivo de la Coruña hay un camino de muchos años para un casi ‘imberbe’ en edad, que no en experiencias y aventuras en los banquillos.

No va a ser un reto fácil, ni mucho menos, pero la capacidad de Rubén de la Barrera (A Coruña, 18-01-1985) está más que probada por los objetivos que ha superado con nota a lo largo de su ya extensa carrera en los banquillos pese a su sorprendente juventud.

Su llegada al Deportivo de la Coruña no solo va a suponer una revolución deportiva, de método y de estructura del club, también ha generado mucha ilusión en un club que lleva muchos años caminando sin un rumbo fijo y que parece haber encontrado el punto de partido para reverdecer viejos laureles.

El entrenador gallego jugó en las categorías inferiores del Ural FC, pero muy pronto se dio cuenta de que su pasión eran los banquillos, y en ese club gallego iba a comenzar todo…

Pero, Rubén de la Barrera comenzó a despuntar y a hacerse un nombre en el mundo del fútbol en Villaralbo, equipo con el que jugó dos play off de ascenso de manera consecutiva (2010-11 y 2011-12) previo paso a su salto a los banquillos de Segunda B con solo 28 años de la mano del CD Guijuelo.

Sin saberlo (o quizá sí), su estreno en Segunda B iba a ser triunfal, llevando al club salmantino a tocar la gloria con las dos manos; o lo que es lo mismo, a clasificar al Guijuelo por primera vez en su historia para jugar un play off de ascenso a Segunda División, palabras mayores.

Y lo hizo después de colocar como líder de su grupo durante varias jornadas, además de acumular la friolera de 15 jornadas consecutivas sin conocer la derrota en la temporada 2013-2014, con un vestuario que si destacaba por algo, era por ser una gran familia; ése fue el secreto de su éxito, según los propios protagonistas.

Wilfred, Jonathan, Razvan, Antonio Pino, Valero, Carlos Rubén, Moreira… fueron algunos de los protagonistas de un año mágico, guiados por la prolongación de Rubén de la Barrera en el terreno de jugo, el ‘profesor’ Chuchi Jorqués, que se convirtió en el guía del equipo que logró la mayor meta de su historia.

En la eliminatoria contra el Leganés, el equipo empató a cero, aunque tuvo sus opciones, mientras que en Butarque, el equipo de Asier Garitano venció por 1-0 dejando al Guijuelo sin caminar más allá del sueño y a solo un gol de haber agrandado su historia.

Rubén de la Barrera
Rubén de la Barrera, con sus ayudantes en el primer año en Guijuelo. Álex López y Álvaro G.

Para el recuerdo, la filosofía de juego del equipo (comenzó con Imanol Idiakez), con un estilo rompedor con las siguientes señas de identidad: juego posicional, salida desde atrás, rápida movilidad de la pelota, juego por bandas, asociación arriba, juego interior, laterales por dentro y presión tras pérdida.

Tras este año mágico, Rubén de la Barrera cogió las maletas, pero no se marchó muy lejos y eligió el escudo del Real Valladolid para dirigir al Promesas en su regreso a Segunda B, con el objetivo de hacer un buen papel… y lo logró. Noveno con 52 puntos… para regresar en la 2015-16 de nuevo al club en el que había hecho historia: el CD Guijuelo.

En su segunda etapa en el CD Guijuelo, con un nuevo proyecto y jugadores de más renombre como Kike Royo, Julián Luque, Raúl Ruiz, Piojo, Ángel Sánchez o Luis Milla, el equipo estrenó nueva camiseta, la mítica ‘jamoneta’ y realizó un buen año, aunque con un bache que privó al equipo del play off, pero no del éxito de clasificarse para la Copa del Rey. En esta campaña, el Guijuelo contó con nuevos matices y una capacidad de adaptación a otros sistemas para poder sacar resultados y partidos.

La temporada siguiente, Rubén de la Barrera llegó a un histórico como la CyD Leonesa de la mano de la Aspire Academy con el objetivo de que el equipo se metiese en play off e intentase el regreso a la Segunda División muchos después. Y no solo se clasificó para la fase de ascenso, lo hizo como primero de su grupo con 86 puntos en 38 jornadas, por delante de Racing de Santander, Celta B y Pontevedra.

Y, a las primeras de cambio, se ‘cargó’ al FC Barcelona B con un global de 4-1, después de vencer en El Reino de León por 2-1 y hacer lo propio en tierras catalanas por 0-2. En Copa del Rey, el azar quiso que los leoneses se enfrentasen al Real Madrid, cayendo 1-7 y 6-1 en la eliminatoria.

En la campaña siguiente, como no podía ser de otra manera, fue el encargado de comandar la nave del equipo leonés en Segunda División… y a punto estuvo de obrar el milagro, con un juego muy vistoso para alguien que ‘bebe’ de muchos referentes como Lillo, Cano o Guardiola, pero también aspectos de otros entrenadores como Mourinho o Zidane, además de Imanol Idiakez (segundo de Emery en el Villarreal) que entrenó al Guijuelo en la 2011-12 y que fue clave para el desarrollo del fútbol de Rubén de la Barrera.

En el año de Segunda con la CyD Leonesa, el equipo terminó en el puesto 19º con 48 puntos y se quedó a las puertas de lograr la permanencia… por solo un gol, lográndola el Almería.

En 2018, optó por cambiar de rumbo y se fue con Roberto Olabe a la Real Sociedad para ser el segundo de Asier Garitano y encargarse de la parcela ofensiva del equipo, de sus filosofía y movimientos que tanto deslumbraban a propios y extraños. Pero, la aventura en Primera duró solo unos meses porque puso rumbo a Qatar para dirigir al Al Alhi Sports Club durante año y medio, en una aventura en la que vivió de primera mano el funcionamiento de la Aspire Academy y vio de cerca la evolución de Xavi Hernández.

Su penúltima aventura le llevó a un club de la Primera División de Rumanía, el FC Viitorul de Hagi y Popescu, pero optó por rescindir su contrato en diciembre para volver a Coruña y a España en busca de su momento…

Y éste ha llegado ahora porque este joven gallego, ‘enfermo’ del fútbol y adelantado a su tiempo, quiere devolver al Deportivo de la Coruña al lugar que se merece por historia y fútbol… y ser profeta en su tierra, cumpliendo el sueño que cualquier amante de este deporte siempre tiene en la cabeza.

Rubén de la Barrera, un amante del balón con capacidad de adaptación que llega para rejuvenecer y darle aire al banquillo de todo un histórico.

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