Estar en primera línea en la lucha contra la Covid-19 son palabras mayores, porque casi se cumple un año desde que llegó el caos.
El día a día en una planta Covid es una experiencia traumática para los pacientes y los sanitarios que ven cómo uno tras otro van ingresando pacientes contagiados, unos con más suerte que otros.
Porque, en muchas ocasiones, es la suerte de tener un mejor o peor sistema inmune la que separa la recuperación de la muerte, además de la edad o las patologías previas. “La pérdida de pacientes, a pesar de los esfuerzos de los profesionales, quizá es lo peor que nos ha tocado vivir”.
Así lo indica Juan Antonio Martín Hernández, jefe de Unidad de Enfermería del hospital de Salamanca al frente de un área Covid, quien apunta que otro momento traumático es el ingreso en el hospital sin saber con certeza “si vas a volver a tu casa”.
Argumenta angustiado que los meses de marzo y abril es algo nunca “vamos a olvidar. Ver profesionales llorar, mentalmente abatidos, físicamente hundidos… es difícil de superar”.
Por fortuna, no todo son malas noticias, porque lo más positivo pata Martín, sin duda, es la recuperación de “nuestros pacientes, esas caras y palabras de agradecimiento por el esfuerzo y cuidado. Pasillos y aplausos en sus despedidas de la Unidad, porque los héroes son ellos”.
Los héroes son todos los que luchan contra el ‘bicho’ para proteger al otro… y los sanitarios se llevan la palma.
¿Cómo es el día a día en una planta Covid del Hospital?
Es muy duro y difícil, porque nos enfrentamos a una enfermedad desconocida en su comportamiento, con alta letalidad y muy peligrosa por su virulencia y facilidad de transmisión y contagio. A pesar de los esfuerzos por combatirla, aún no disponemos del antídoto eficaz al 100% que nos permita vencerla. Junto al paciente, vivimos el miedo a esta enfermedad, luchamos por combatir la soledad de no poder estar junto a su familia y aportamos todo aquello que requiere para su cuidado y que logre el bienestar máximo, necesario para su recuperación. Ahora llega la vacuna y confiamos en su protección y eficacia; y que los estudios, ensayos e investigaciones permitan obtener el tratamiento para erradicar la enfermedad.
Llevar un EPI durante muchas horas, ¿qué supone?
Un sobreesfuerzo muy importante por parte de los profesionales porque, además del necesario aprendizaje y entrenamiento en su puesta y retirada con seguridad, hay que añadirle un plus de estrés mental y físico para desarrollar el trabajo diario bajo unas condiciones ambientales diferentes a las habituales. La temperatura corporal es muy elevada y hace necesario el descanso más frecuente.
¿Qué recuerdos tiene de los meses de marzo y abril?
Con mucha tristeza, con intensa ansiedad, con miedo, impotencia por no poder llegar al control de la enfermedad… porque pese al esfuerzo de los profesionales, el virus no se neutralizaba. Fueron días, semanas y meses imposibles de olvidar. Creo que nunca los olvidaremos. Ver profesionales llorar, mentalmente abatidos, físicamente hundidos… es difícil de superar y, sobre todo, las imágenes de nuestros pacientes, a los que no podíamos mantener a nuestro lado.
¿Cómo está siendo esta tercera ola en relación a las anteriores?
No por esperada está siendo menos intensa y menos peligrosa. Los avances en los tratamientos, la metodología y pericia adquirida unida al esfuerzo de los profesionales, nos permite afrontarla con más esperanza. Pero todo esto choca frontalmente con el incumplimiento sistemático de las medidas de seguridad y prevención de una parte de ciudadanos, que hacen que el número de contagios se eleve a cifras importantes. Tenemos la sensación de no haber aprendido nada.
¿Cuál es el peor momento que le ha tocado vivir?
Han sido muchos. La pérdida de pacientes, a pesar de los esfuerzos de los profesionales, quizá es el más importante; el miedo a regresar a casa junto a nuestras familias y contagiarlos; el ingreso de compañeros contagiados e incluso el mío propio… cuando sales de casa para ingresar y no sabes si vas a volver. La impotencia de profesionales que no pueden seguir en primera línea por confinamientos y aislamientos y que ven que no pueden seguir luchando por nuestros pacientes y compartiendo esfuerzos con los compañeros.
¿Y el mejor o más positivo? Si es que lo ha habido…
La recuperación de nuestros pacientes cuando se marchan de alta hospitalaria y esas caras y palabras de agradecimiento por el esfuerzo y cuidado. Pasillos y aplausos en sus despedidas de la Unidad, porque los héroes son ellos.
Esta situación, ¿le ha afectado más física o psicológicamente?
De ambas maneras. Son instantes muy duros que no se apagan en el momento, ni al final de cada turno, continúan en nuestras mentes fuera del trabajo y, así, un día tras otro. Lo físico se recupera, pero lo psicológico, cuesta mucho.
¿Cuál es la principal demanda de los pacientes?
El acompañamiento de sus familiares por encima de todo. La comunicación con su familia, saber de ellos, cómo están, si están bien, si alguien informa a los suyos sobre su estado clínico, que les contemos a sus familiares que se encuentran mejor y que les envían recuerdos y besos, que se reunirán pronto con ellos… Por ello, el Hospital creó un grupo de profesionales para la Información Covid: para facilitar todas esas demandas de los pacientes y satisfacer esas necesidades de comunicación bidireccional, con videollamadas del paciente, con llamadas telefónicas, información del estado clínico y posterior información médica a diario a la familia, con recogida y entrega de enseres y objetos personales que los pacientes solicitaban a sus familias, o sus familias les traen…
Muchos pacientes tienen en vosotros a su única compañía, hasta sus últimos momentos, en algunos casos. ¿qué os piden y cómo son esos momentos?
Nos piden el acompañamiento familiar, el poder compartir imágenes y conversaciones con sus familiares, que informemos a sus familiares de cómo se encuentran, etc. Casi nadie pide cosas materiales. Piden, sobre todo, comunicación y compañía; y siempre tienen esa palabra de agradecimiento y una sonrisa para cada momento que les dedicas. Eso es lo que cada día hace más fuerte a los profesionales y nos da esa energía para levantarnos y seguir en primera línea.
Los momentos finales son impresionantes. Afloran hasta los sentimientos más escondidos. Es muy triste que entonces no te puedas rodear de tus seres queridos. Por ello, en la medida de lo posible y respetando estrictamente todas las medidas de prevención y seguridad, permitimos a los familiares que realicen el duelo y se despidan de sus seres queridos en esos momentos finales, con total intimidad y los pacientes no sientan la soledad. Además, cuando no es posible, intentamos presentarles el mayor de nuestros respetos con nuestra presencia.
¿Teme que el hospital se desborde o los sanitarios no puedan con todo?
A veces lo pensamos, pero gracias al esfuerzo diario de los profesionales de todas las categorías no ocurre. Porque esto es un equipo y si algo no funciona, el equipo se rompe. Por eso es tan importante la suma y la unión de todos los profesionales para conseguir el objetivo, que no es otro que cada día nuestros pacientes le ganen la partida al virus y consigamos seguir adelante.
¿Qué opinión le merece la actitud de la sociedad en general? ¿Y la de los políticos?
Desde el principio notamos el aliento, el ánimo, los mensajes de apoyo, el aplauso de las ocho, las muestras de cariños, etc. Es muy importante la suma de todos. Si no remamos todos en la misma dirección, el barco no llegará a la orilla. Por eso, pedimos a la gente que cumpla escrupulosamente con las medidas de seguridad y de prevención, que realice la higiene de manos constante, que todos mantengan y respeten la distancia de seguridad, que utilicen la mascarilla… Estos gestos son nuestra mejor arma para combatir al virus y nuestro mejor reconocimiento.
Según su opinión, ¿es necesario un nuevo confinamiento estricto?
Es muy complicado, pero se ha comprobado que, si se cumplen las restricciones, se limita la movilidad y se disminuyen las reuniones, el índice de contagios, disminuye. Si se respetan las normas de seguridad y prevención, los contagios serán menores. Tenemos esperanza puesta en la vacunación, pero no se puede bajar la guardia y confiarse. Y, por último, llamar al auto confinamiento en situaciones de repunte de los contagios y apelar a la responsabilidad individual de los ciudadanos.
9 comentarios en «“Lo mejor son los aplausos cuando hay un alta; los héroes son ellos”»
Pero tu no eres de Salud Laboral?
Que supone llevar un EPI muchas horas?que nos pregunten a los enfermeros,celadores,tcaes,limpieza……no a los de las altas esferas hospitalarias que no os habeis puesto un Epi mas de 10 min si es que os lo habeis puesto.cuando lo hagais entonces opinais mientras tanto no os colgueis galones.graciassss
Si….fue supervisor y lo mandaron a salud laboral por decision de la direccion.ahora ha vuelto como supervisor(si es que se le puede llamar asi)por orden de la direccion.le encanta hacer guardias las suyas y las de los demas. **** ****** ****** ** ******** ehhhh
Para ser cura antes hay que ser fraile y esto va dirijido a toda la direccion
No te has puesto un EPI en todo el año. Y explotas al personal. Este es el ejemplo de trato de la dirección de enfermería. Gracias por tratarnos así…
Gracias Juan por hacer del hospital un lugar mejor. El que no te haya visto con un EPI es que no ha estado trabajando hombro con hombro como tú.
Mi enhorabuena a ti y a todos los que nos habéis cuidado poniendo en riesgo vuestras vidas.
Irónico no?
La envidia es el deporte nacional y veo que el hospital no se libra de gente resentida que en vez de vivir para sus éxitos vive sentado esperando encontrar a quien echar la culpa de sus fracasos.
Mi enhorabuena al señor Martin y todo el personal vinculado a la salud y a las fuerzas de seguridad del estado que han mostrado su compromiso para soportar la pandemia y hacer esto más llevadero.
A criticar menos y a comprometerse más …
Aquí deberían obligar a dar el nombre y hasta el número de teléfono de los que opinan, así podíamos comentar también sus frustraciones.
Gracias al Sr. Martin y a miles de compañeros y compañeras estamos consiguiendo salir adelante.
Gracias por el esfuerzo.