Opinión

I am what I am

Una taza de café. Imagen de poohchisa tunsiri en Pixabay

 

[dropcap]Y[/dropcap] en definitiva, en cuanto nacemos, somos. Y es en ese preciso momento cuando comenzamos a hacernos. Otra, quizá la más potente paradoja. Tenemos que ser para que haya un principio y no dejaremos de hacernos nunca, hasta el último día.

Poca cosa en realidad. Eso somos. Un uno pequeñito rodeado de otros unos ni más pequeños ni más grandes aunque a veces, a unos ciertos los veamos como hormigas y a ciertos otros como gigantes. Son mentiras. No hay unos grandes ni pequeños. Uno es uno, dos son dos unos y el cero, simplemente no es.

Ser es lo elemental es elemental. Los demás verbos le siguen de lejos, tener, perder, ir o parar no sirven de nada a solas. ¿Tener sin ser? No tienes nada. ¿Perder lo que no eres? No dejas de ser nada. ¿Ir o detenerte sin ser? Hablan del mismo lugar. La nada.

¿Y cómo ser?

Como el agua. Insiste, acepta la gravedad, fluye, moja, da vida, rebosa. Evita el cero y el cien, mantente. Sé corriente. Sé inevitable. Avanza siempre, quieras o no, lo sepas o no, solo puedes ir hacia delante.

¿Y dónde ser?

En la tierra. Con tus pies en ella. Ella, que es camino, casa y ejemplo. ¿Por qué vas a operar de distinta manera? Echa raíces, coge impulso desde ella y vuela. Descubre horizontes y siembra. Aprende que la quietud también es movimiento. Que arriba nadie se queda.

Y con tus pulmones al aire, que siempre está y siempre es libre, que todo le afecta, que con todo se mezcla. A todos es común, a todos nos llega su temperatura, su olor, su luz. No hace feos a nadie, para el aire todos somos lo mismo. Sencillamente te abraza. El aire es transparente, solo permite, no obliga.

¿Y qué ser?

El fuego. Ofrece tu luz para que los demás se iluminen, haz más fácil que brillen, no para llamar su atención, no para que te miren. Regala tu calor, el de tu piel y tu tacto. Con un guiño, con un abrazo. Que salga calor de tu boca, construye puentes, no incineres ni derribes vigas. Sé el fuego que deshace el hielo, sé el fuego el que forja el hierro. El que seca las lágrimas, el que generas con el frío, el que disfrutas en verano. El que no puedes evitar ser. El que ni tu piel ni tu ropa puede esconder.

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