El pasado 7 de diciembre se produjo un derrumbe en el colegio Carvajal que fue catalogado por los propios bomberos de Salamanca como un «terremoto».
Desde entonces, se han puesto vallas perimetrales, pero poco más. Este lunes, 20 de diciembre, la asociación Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio recuerda que el colegio Carvajal fue fundado por Antonio de Vargas y Carvajal, catedrático y regidor de la ciudad, en 1662 para cobijar a huérfanos pobres de solemnidad. «Su historia está marcada por los incendios, el último en el año 2000, de origen sospechoso,
La recuperación del Seminario de Carvajal para algún uso no especulativo, que aporte a la ciudad y sea respetuoso con el patrimonio es necesaria y «urgente» (desde hace 20 años).
Lo que una empresa pretende hacer ¿es completamente respetuoso o ha habido alguna «concesión»?. https://t.co/NfsAmnr4eY pic.twitter.com/ld0KSHDsPo— Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio SALAMANCA (@ACDPatrimonio) December 20, 2021
La casa de Melibea
Además del derrumbe sufrido hace unos días, del incendio de hace más de 20 años y del abandono durante décadas, este edificio del colegio de Carvajal tiene los cimientos sobre la casa del padre de Melibea. Al menos es lo que aseguran Dorothy S. Severin, de la Universidad de Liverpool, y Joseph T. Snow de la Universidad de Georgia, sitúan la casa de Pleberio, padre de Melibea, en el solar del convento de Carvajal.
Y todos conocemos la historia de cómo La Celestina, alcahueta y evocadora del diablo por antonomasia, se las gastó con Calisto y Melibea, si es cierta lo que cuentan los investigadores, este edificio tiene malditos hasta los cimientos…
Los profesores escriben en el artículo: ‘La casa de Pleberio en Salamanca’.
(…) Comenzamos a explorar aquel edificio, de construcción antigua, y sus patios, y antes de que pudiera venir nadie, habíamos topado con las escaleras que bajaban a ‘nuestra huerta’. Ocurre que hoy en día, esta serie de estructuras la ocupa la residencia ‘Transfiguración del Señor’, plaza de Carvajal 8-9. Al irnos explorando, fascinados con la identidad de este escenario real con el otro, de los últimos actos de la Tragicomedia, apareció el director de la residencia, Sergio Heredia Corrales, para recibirnos y ponernos en las manos expertas de Filiberto Garrudo Castro, quien nos sirvió de guía por la torre, la huera y la casa (¡de Pleberio!)
(…)
El director nos confirmó que la fábrica del edificio principal era medieval y nos mostró una columna romana encrustada en la antigua muralla de aquella casa. Pero, realmente no nos hacía mucha falta convencernos de que nuestra ilusión correría paralela con otra, la de Fernando de Rojas, hace casi quinientos años, en encontrar en esta casa, o una salmantina muy parecida, con su torre, con su huerta amurallada y con su portón (del acto 12), con su vista del río y árboles (¿Para quién edifiqué torres? árboles?… navíos?), y con su proximidad a las tenerías, la inspiración para el escenario de los actos 19-21 de su Tragicomedia.
Este edificio fue construido en 1662, al menos es lo que reza en la piedra que corona su entrada. Fundado el 24 de octubre de 1649 por Antonio Vergas de Carvajal, «vecino y regidor que fue de esta ciudad: Hijo de los señores Rafael Rodríguez de Carvajal y Doña Antonia de Vergas. Dejo por patronos al señor obispo y a los señores Dean y Cabildo de esta ciudad y a sus hermanos por sus vidas».
Niños huérfanos eran admitidos en el seminario. Allí eran alimentados y recibían las primeras lecciones académicas. A medida que iban creciendo, se les buscaba un maestro para que los enseñara en distintos oficios, una vez que lo aprendían, se marchaban del seminario. Si el niño era estudioso, accedía a la universidad.
El arquitecto del edificio fue Pedro Mato, sacerdote jesuita. Comprendía dos plantas. A la principal se accedía por la puerta que aún se conserva, con grandes dovelas almohadilladas. La fachada también comprende una ventana adintelada con reja y una puerta más pequeña.
Las ventanas de la planta superior son arcos de medio punto con grandes dovelas.
En el interior, hoy completamente destruido, había una iglesia con un retablo de Francisco García de Ardero.
El edificio y su deterioro
El convento de Carvajal sufrió un incendio en 1791, pero fue reconstruido inmediatamente. Ya en el siglo XIX, el edificio sirvió como escuela de primaria, de música. También sirvió como imprenta hasta los primeros años del siglo XX.
En 1986 el edificio se convirtió en una residencia de ancianos, ‘Transfiguración del Señor’, a la que hace mención el artículo de los profesores Severin y Snow.
Al principio del siglo XXI, en el años 2000, un incendio arrasó el edifico y se cerró.
En mayo de 2011 se modificó el Plan General de Ordenación Urbana para que en este solar se edificara un hotel. Pero, no se ha iniciado la obra aún. El solar pertenece a la Fundación Colegio Niños del Coro-Seminario Carvajal de Salamanca y por añadidura al obispado.