Tras la convulsión ocasionada por la decisión de Mañueco de convocar elecciones anticipadas en Castilla y León y cesar a sus socios de Gobierno en la Junta, cabía la posibilidad de que se produjera alguna reacción de los cargos de Cs que sostienen gobiernos del PP en otras administraciones locales y provinciales, como el Ayuntamiento de Salamanca.
Aquí no tardaron en comparecer el alcalde y la vicealcaldesa, Ana Suárez, uno de los tres ediles de Cs contratados por el PP tras las elecciones de 2019 para mantenerse en el poder, para tranquilizar a la afición y, sobre todo, a sí mismos.
El alcalde dijo que el PP y sus empleados de Cs forman un equipo cohesionado y fuerte como una roca, mientras la vicealcaldesa asentía con docilidad.
Los tres contratados no pierden una ocasión para ponerse en evidencia cuando hablan, y también cuando callan. Les va en el sueldo.
El PP tiene que tragarse su presencia a diario porque no le queda más remedio para seguir en la poltrona cuatro años más, y no puede quitárselos del medio hasta que acabe la legislatura (2023), a diferencia de lo que ha hecho Mañueco, que sí tiene la potestad de disolver Las Cortes y convocar elecciones.
Constituyen un mal menor imprescindible para no perder su privilegiada posición, y han de compartir una parte del pastel para no perderlo entero.
Tragan con sus excentricidades y simplezas y las hacen suyas, mal que les pese. No les queda otra, porque como les dé la ventolera se lo arrebatan todo.
En público aparecen como si estuvieran bien avenidos, cuando de puertas adentro no se soportan. De hecho, la vicealcaldesa fue privada este verano de su cetro como alcaldesa en funciones para cubrir las vacaciones del alcalde, como muestra de la cohesión y la confianza mutua que se profesan.
De lo que no cabe ninguna duda es de que el pacto es fuerte como una roca, porque no hay nada que una más que un sueldo de 68.000 eurazos al año «para cambiar el modelo de ciudad» (eso dijo que iba a hacer la vicealcaldesa después de pillar cacho).
El PP no lo paga de su bolsillo, por lo que no le cuesta nada mantenerlos, y los tres contratados incluso se creen que valen lo que cobran.
Todos contentos y unidos por el pegamento del interés y el dinero. Cohesionados y fuertes como una roca. Hasta 2023, cuando tocará humillarlos.
4 comentarios en «El pegamento de la roca»
Si Quevedo viviera hoy día, el Ayuntamiento de Salamanca le daría para componer más versos de la picaresca española
Completamente de acuerdo con el contenido del artículo, felicidades. Lo que no entiendo es como la ciudadanía de Salamanca no se cansa de que los roben y maltraten y manda al carajo a todos estos triperos.
Qué fue de la reforma de la Plaza de los Bandos?. ¿Cuántas legislaturas se necesitan más?. ¿No era esto una cesión del PP a Ciudadanos para que la desarrollaran?. Desgraciadamente ya se han rehabilitado todos los edificios de la Plaza y cuando llegue será demasiado tarde. La Plaza no ganará peso hasta otros diez años. Una gran pena para una Ciudad que vive del Patrimonio Cultural.
Se iba a encargar el entonces ilustre concejal por 60.000€ y ahora ilustre asesor por 30.000€ A******* G****** B****. Menuda firma