El pasado 1 de diciembre, el presidente de la Reserva Federal estadounidense, Jerome Powell, afirmaba que hablar de bajadas de los tipos de interés era prematuro, y que todavía podrían llevar a cabo subidas adicionales.
Este pasado miércoles, 13 de diciembre, menos de dos semanas después, él mismo declaraba que no es probable que sean necesarias más subidas y que esperan recortar sus tipos de interés en varias ocasiones a lo largo del año que viene.
¿Qué ha cambiado en solo unos días para justificar este giro radical por parte de la autoridad monetaria estadounidense? Que se sepa, nada. ¿Acaso sus previsiones macroeconómicas para los próximos trimestres han sido modificadas sustancialmente? En absoluto.
Esta falta de coherencia por parte de la Reserva Federal no solo contribuye a minar aún más su ya de por sí reducida credibilidad sino que también genera más incertidumbre que confianza, y más preguntas que respuestas: ¿Qué ha visto en cuestión de días la Reserva Federal que justifique este cambio de tono? ¿Qué espera? ¿Qué teme ahora?…
Y para colmo del despropósito, dos días después de las últimas declaraciones de Powell, el 15 de diciembre, el presidente de la Reserva Federal de Nueva York y a la sazón también vicepresidente de la propia Reserva Federal, John Williams, declaraba que no están en realidad hablando de bajadas de tipos… ¿Qué está pasando en verdad dentro de la Reserva Federal?…
Sea como fuere, lo bancos centrales deberían actuar y pronunciarse con coherencia, y en estos momentos, el discurso de la Fed ha dejado de ser coherente con relación a lo que decían tan solo unos días atrás, y con una realidad macroeconómica que, como es lógico, no cambia en cuestión de días. Puede que más adelante se sepa qué hubo realmente detrás de este cambio de discurso por parte de Powell pero, de momento, esto es lo que hay.
En claro contraste con estos bandazos de la Reserva Federal, tanto el Banco Central Europeo como el Banco de Inglaterra se atuvieron al guion previsto, con mayor coherencia con respecto a la situación actual y los riesgos inherentes a la misma: “no es el momento aún de bajar la guardia, queda aún trabajo por hacer…”.
¿Y ahora qué?
A raíz del discurso de Powell, los mercados han exacerbado su ya extremo optimismo sobre bajadas de tipos de cara al año que viene: esperando ya hasta 6 recortes tanto en Estados Unidos como en la Eurozona, empezando desde marzo.
Incluso en el caso de que esos recortes de tipos llegaran a producirse, los mercados continúan ignorando las razones que llevarían a los bancos centrales a un cambio nuevamente tan radical y acelerado (en esta ocasión a la baja) de sus tipos de interés de referencia. En otras palabras: para que los bancos centrales confirmaran esas expectativas del mercado, probablemente el crecimiento económico habría de estar sorprendiendo de manera muy negativa, o se habría producido un nuevo evento de crédito (quiebra de alguna entidad financiera relevante), o ambas cosas a la vez. En cualquier caso, estaríamos hablando de un escenario no particularmente favorable para las bolsas.
Seguimos insistiendo en que el actual impulso alcista está ya muy excedido, que los riesgos en estos niveles son muy asimétricos y claramente sesgados en contra de posiciones de riesgo, y que es muy probable y sería también saludable que los mercados (tanto las bolsas como los mercados de renta fija) corrigieran una buena parte de este exceso.
De cara a esta próxima semana, habrá que estar atentos a la reunión del Banco de Japón (lunes y martes), con el rumor de fondo de que podría anticipar sus primeros pasos hacia la normalización monetaria (siguen con tipos de interés negativos), aunque el consenso del mercado no espera novedades en este sentido, al menos, hasta enero.
Félix González
Socio Director General
Capitalia Familiar EAF
2 comentarios en «Donde dije “digo”…»
La culpa es de Sanchez (comunicado de Cuca Gamberraaaaa)
La culpa la tiene Sanchez (comunicado de Cuca Gamberraaaa)