“Las cuentas del grupo municipal de Vox en el Ayuntamiento de Salamanca son inmaculadas”. Frase que Ignacio Rivas, único concejal de Vox del consistorio capitalino, ha repetido en numerosas ocasiones durante la rueda de prensa ofrecida este jueves para explicar lo que ha sucedido desde el 10 de febrero, fecha en la que sus compañeros de bancada, Alejandro Pérez de la Sota y María Carpio, decidieron tomar caminos separados. “Paradoógicamente, al ser concejales no adscritos van a tener más comisiones y más ingresos. Ellos querían ser portavoces, con este movimiento ganan más que ningún concejal en el Ayuntamiento”, sentencia Rivas.
Rivas explica que el día 10 de febrero sus compañeros Pérez de la Sota y Carpio acuerdan que debe dimitir como portavoz y de todos sus cargos. “No acepto chantajes y digo que no”, puntualiza.
Al parecer, sus ex compañeros de partido alegaban que las cuentas municipales de Vox en el Ayuntamiento de Salamanca no estaban claras y que no habían tenido acceso a ellas. “No es cierto. Todos los concejales pueden acceder a las cuentas cuando quieran. Nuestra auditoría es inmaculada. De hecho, nos entregan 9.000 euros cada año y hemos devuelto 4.000”, informa Rivas.
El único concejal de Vox en el Ayuntamiento de Salamanca asegura que desde el partido ha sentido apoyo, al igual que de simpatizantes, familiares y amigos. Eso sí, no descarta ir a los tribunales “por su honor, porque han querido manchar mi nombre y mi profesionalidad”.
Rivas espera que Pérez de la Sota y Carpio renuncien a su acta de concejales y “dejen pasar a los siguiente de la lista. No los han votado a ellos, los casi 8.000 salmantinos han votado a Vox. Dijeron que si se les daban la documentación de las cuentas, que la han tenido desde siempre, se iban. Si tienen honor, deben asumir la responsabilidad y entregar su acta de concejal. Espero que lo hagan, porque han mentido y han manipulado”, concluye Rivas.