Vamos a pasarlo bien durante la entrevista. Así nos saludamos. Hablamos de la noche en Salamanca, de cómo hemos cambiado y, sí, ha sido a mejor, de compañeros, clientes, amigos… Menchu Martín es una de las veteranas al frente de un negocio de ocio nocturno en Salamanca El Carmen. Lleva 32 años. El secreto trabajo, trabajo, trabajo, esfuerzo y satisfacciones. Cumplimos y nos lo pasamos bien. Si continúan leyendo, ustedes también lo disfrutarán. Si transitan por los cuarenta, cincuenta… reconocerán espacios y momentos comunes.
Menchu, ¿cómo es la noche en Salamanca?
Muy divertida. También complicada y difícil. Salamanca es de las ciudades más competitivas de España a nivel de hostelería.
En la década de los ochenta, Salamanca fue un referente en la noche -sobre todo en la decoración-. ¿Continúa siéndolo?
Fue una eclosión, una explosión que coincidió con la Transición española, todo el cambio de la dictadura a la democracia. Eso se reflejó en el ambiente de la noche, en las ganas de libertad, de socializar, de salir… sin esas restricciones, cortapisas que había habido en la época de la dictadura. En Salamanca se cuidó mucho el tema de los locales, la decoración, cada uno con su estilo propio, con su música especial… Había muchos lugares. ¿Te acuerdas del Santa Bárbara de Cipri?
Es el santo sanctorum, como también lo fueron el Callejón, mi favorito, el Moderno y el Puerto de Chus, los más especiales…
Cada uno tenía una música y un ambiente. Se cuidaba mucho eso. Cipri, del Santa Bárbara, iba a Inglaterra a comprar discos. También había música en directo.
Menchu, ¿toda esta cultura la quiso llevar a El Carmen?
Sí. De hecho, El Carmen sigue siendo un bar diferente. Es un bar abierto y tiene un estilo propio. Muchos bares han homogeneizan estilos.
¿En qué sentido?
Se lleva el reguetón, todos ponen reguetón. Con eso se pierde la esencia, la autenticidad de los locales. Creo que todos nos movemos por afinidades. Cada persona es diferente y busca a sus semejantes, con quién se encuentra bien. Si es todo el mogollón, sin marcar una línea, todo se diluye. Soy de las personas que cree que hay que darle un toque de autenticidad a los lugares.
¿Sigue teniendo clientela de 1993 cuando abrió El Carmen?
Sí. (Carcajada) Casi me vienen con el bastón, pero vienen.
¿Hemos cambiado mucho?
Afortunadamente, la sociedad ha cambiado.
¡Qué maravilla que diga eso!
Sí. Ha cambiado para mejor. Hay cosas que se plantean en la política internacional, ese retroceso, pero son residuos de ciertos comportamientos prehistóricos o de ciertas resistencias masculinas, masculinidades tóxicas, al cambio, a la igualdad en general, no solo entre sexos, sino la igualdad o equidad social. Hay personas que les encanta estar por encima de los demás, así ellos se sienten mejores. Creo que son excepcionales, lo que ocurre es que ahora se les está dando mucho poder. Quizá la gente no es consciente de que eso ocurre. Pero, la inmensa mayoría de la sociedad sí reconoce los cambios, la evolución, las mejoras que hay y buscan que se les garanticen sus derechos.

Comparta. ¿Cuál es el secreto de llevar 32 años con El Carmen abierto y en el mismo lugar?
Trabajo, trabajo, trabajo y después, trabajo. Mucha constancia y capacidad de adaptación. Estar ahí todos los días, dando la cara.
¿Por qué se hizo tabernera? porque usted es más que camarera…
Soy autónoma. (Risas) Era una chica muy independiente, estudiaba Historia en esa época, y decidí buscarme algo por mi cuenta. Ser autosuficiente. En los años noventa, cuando empecé a trabajar, me gustaba mucho la música, pero había muy pocas oportunidades laborales, casi ninguna. (Risas) Y la mujer en la noche se asociaba… ¡Imagínate a qué! No se te iba a considerar una profesional, sería un elemento decorativo para atraer hombres o una mujer de mal vivir, que diría mi madre a la vieja usanza.
¿A qué edad empezó?
A los 19 o 20 años. Me gustaba la música y hablando con el dueño de un bar, me dijo que si quería pinchar y lo hice.
¿Empezó de pinchadiscos?
Sí.
¿Tenía muchas peticiones?
Sí. (Risas)
¿Qué tal les sentaba que fuéramos allí a pedir tal o cual canción?
A mí personalmente bien. Te lo explico. Para mí es satisfactorio que la gente disfrute, se lo pase bien. Creo que esa es la labor del pincha. No me gusta el que cree ser el ídolo de las masas o pensar que con lo que él o ella pone es suficiente. No estamos en Ibiza. El Carmen no es una macro discoteca de Ibiza, no vamos a traer a David Guetta. Creo que la función de un buen pincha es que la gente disfrute. Al menos, yo lo vivo así.
¿Sigue pinchando?
No, ahora ya no. El Carmen tiene una línea marcada, es muy ecléctica, porque ponemos música de todo tipo, pero no. Tengo dos DJs. Es una de las diferencias. El Carmen siempre ha apostado por la música y de calidad. No puedes sustraerte a una música que está de moda y obviamente estamos al día. Mis DJs están a la última. Llevan lo que es la actualidad musical, dentro de un contesto.
La buena música marida muy bien, sea de la época que sea.
Claro. Hay cosas actuales que no van tanto con mis gustos…
En esos momentos, ¿Le echa una mirada desafiante?
(Risas) Confío mucho en ellos, tienen mucha autonomía.
Es una de las veteranas de la noche. ¿Cuándo empezó en 1993 pensaba que la iban a calificar así 32 años después? Con lo dura que debe de ser la noche.
No. De hecho, no daban un duro cuando abrí. (Carcajada)
¿Noooo? Pero, si fue un bar rompedor.
Sí, pero volviendo al tema de género, una chica que abre un bar en la noche, teniendo en cuenta lo dura y complicada que es. Y, en esta ciudad que es terriblemente competitiva, ¿cómo una chavala de 24 años, que tenía cuando abrí, iba a sobrevivir? Era impensable. ¿Esta niña que hace? Porque la noche es muy machista. No hay mujeres, no gestionan bares de noche las mujeres. Decían: ‘se va a dar un testarazo, no va a salir adelante. No va a poder contra nosotros que llevamos aquí el imperio nocturno’.
Pues… ha dejado a muchos por el camino…
(Carcajada) Ni yo misma sabía que perspectivas tenía. Para mí fue un recurso laboral. Tiene relación con lo independiente que he sido siempre. Me gusta ser mi propia jefa.
A mí también.
Tienes otras penurias, pero la libertad de elegir es impagable.
(Carcajada)
Aunque trabajemos mucho más que una persona contratada con sus 8 horas… Ser autónoma es 24/7.
Nunca vamos a estar enfermas.
Hay un chiste que dice: ‘¡Dios mío dame salud! Hijo mío hazte autónomo.
(Risas)

¿La han tratado bien?
¿Mis compañeros de la noche? (Silencio)
Vayamos por parte… Hay distintas escalas ¿Cómo la han tratado los camareros, los dueños de los bares, los distribuidores…? ¿La tomaron en serio?
Los distribuidores… la verdad es que no. (Carcajada)
¿Le hicieron pagar el pedido por adelantado?
Sí. Te podría contar mil anécdotas.
Mujer, joven, un local alternativo… pensarían o me paga por adelantado o esta cierra mañana.
Cierra mañana y además esa expresión: ¡De qué va esta! ¿La podemos chantajear? Te cuento una anécdota, distribuidores de aquí, que llevaban marcas diferentes, había un refresco, que digamos era el top-ten, y llevaban otra cerveza. Hablo de los distribuidores, porque la marca va por otro lado. Me dijeron: ‘si no me compras esto, no te sirvo esto’.
¿En serio?
Así de claro. Si no me compras esta cerveza, no te sirvo este refresco. Dije muy bien. Nunca más le compré a ese distribuidor. Sigo sin hacerlo 32 años después. No he puesto ese refresco.
Y no pasó nada.
Nada.
Eso la hizo más fuerte y le dio al cliente una alternativa distinta.
Puede ser.
Quizá sea la clave de El Carmen, ser diferente, porque siempre va a haber un público que le guste lo diferente.
Sí, pero el público te lo tienes que trabajar.

¿El Carmen fue un bar de ambiente desde el principio, lo ideó así o se fue creando?
Era una mujer abiertamente lesbiana. Nunca pensé en abrir un bar cerrado, exclusivo, para un público exclusivo. Yo abrí un bar, pero sabiendo quién era yo, sin ocultar quién era yo. Sin ocultar que todos nos movemos por afinidad, tú vas dónde te sientes a gusto.
Yo me he sentido bien en El Carmen y soy heterosexual.
Tengo muchos clientes heterosexuales y se lo pasan fenomenal. Siempre he dicho que cualquier persona que entré aquí de una manera respetuosa, es bienvenida. Es un bar diverso, amigable y amable.
¿Ha tenido algún encontronazo?
Sí. He tenido ataques homófobos.
¿Más ahora o antes?
Te diría que antes. Siempre puede aparecer alguien un poco… hay mucha gente que viene al morbo.
¿Todavía?
Sí, sobre todo hombres, que vienen al morbo de las chicas, porque como en general no tenemos sexualidad, seas heterosexual o lesbiana, nuestra sexualidad nunca ha importado, no existe si no hay un hombre en medio.
¡Nooooo…!
Para algunos neandertales que tienen ese tipo de mentalidad es así. Es más frecuente de lo que pensamos. De hecho, una de sus fantasías más recurrentes es acostarse con dos mujeres. A ellos les da igual si eres o no lesbiana.
Pues muchos no abarcan ni a una.
(Carcajada)
Todo esto lo voy a incluir en la entrevista.
¿En serio? Evidentemente, las dos estamos generalizamos al decir que solo les importa su sexualidad.
Eso es. Hay hombres estupendos.
Volviendo a la pregunta. Sí que hay hombres que vienen al morbo y me he encontrado con situaciones muy desagradables.
¿Qué hace en esos momentos? ¿Llama a la Policía? ¿Se planta delante? ¿Les dice que este local es mío y en mi casa mando yo? O ¿Lo deja pasar?
Ha habido un poco de todo. Hay personas que no les permito pasar, tenemos derecho de admisión. Si viene con una actitud violenta, agresiva… estoy en mi derecho de no dejarlo entrar.

¿Echa de menos que no haya un buen número de bares de ambiente?
Los ha habido. Ahora hay un bar, pero tiene un funcionamiento diferente. No es mi concepto. Lo mío era un bar abierto. De hecho, cuando lo inauguré estaba todavía el teatro Bretón. He dado cafés cuando había proyecciones de películas, obras de teatro, conciertos…
¿A quién le ha servido café de la farándula?
No fue un café, fue un bloody mary, a Amaia, del Consorcio, y me encantó. Actuaron en la Plaza Mayor y vinieron a tomarse algo ella y su hermano, Iñaki Uranga. Es de las cosas que me ha hecho ilusión, porque me encanta. También a Beatriz Carvajal, después de interpretar Misery, fue muy agradable con todo el mundo.
¿Cualquier tiempo pasado fue mejor o simplemente diferente?
Diferente. En España, en estas cuestiones, hemos ido a mejor, aunque siga habiendo resquicios de cerrazón y poca apretura mental. Creo que es una sociedad evolucionada.
Usted está en la zona de la Gran Vía, pero fuera de ella, quizá eso la ha salvado de la crisis que vivió esta zona de marcha.
No, he pasado crisis como todos. De hecho, la crisis de la burbuja inmobiliaria nos afectó muchísimo. Por ejemplo, la edad de las personas que salen por la noche, vamos a decir que es de 18 a 50 años, por poner un grueso. En la época de la crisis inmobiliaria, que a nosotros nos llegó un poquito después. Desde mi punto de vista se gestionó fatal a nivel político, porque hubo una política de recortes espantosa y era un sálvese quién pueda.
¿Cómo afectó en Salamanca?
Salamanca no ha ofrecido oportunidades laborales especialmente. Ese grupo del que estamos hablando se fue y eran los que frecuentaban la noche. He tenido clientes que tuvieron que dejar los estudios porque sus padres no podían pagárselos. Eso se notó mucho. Fue una época muy dura.
¿Para todos?
A nivel competitivo fue desastroso, porque no hubo una unidad. Ver quién podía más. Muchas guerras en cuanto a precios y mercados en el sector. Es una cuestión de resistencia, constancia y esfuerzo. En mi caso así fue como sobreviví. Esa crisis no ha tenido nada que ver con las demás.
Abrió en 1993, había crisis en esa época.
Y muy gorda.
¿Cómo trabaja ahora?
Voy ganando calidad de vida. Cuando empecé abría todos los días, no tenía vacaciones… Pico y pala.
Menchu, para terminar ¿Cuánto le debe a sus clientes, a los del 93 y a los de ahora?
Mucho. La mayoría son amigos y amigas íntimos. Me han acompañado todo este tiempo…
Tenemos El Carmen para rato…
Sí, pero no por otros 30 años… (Carcajada) Espero estar jubiladísima.
42 comentarios en «32 años al frente de un bar de copas en Salamanca»
Un sitio, tranquilo y una persona educada y agradable; no podía fallar. Enhorabuena Crónica por acercarnos a gente corriente que tiene mucho que contar .
¡Con un par…de ovarios!
Conozco a Menchu hace muchos años,» tengo 50″ con la crisis muchos tuvimos que irnos de Salamanca ella fue un referente en locales de ambiente, » mejor musica y buen ambiente» no habia un finde que no fueramos al Carmen!! Mucha fuerza Menchu !!! Muchisimos buenos recuerdos!!
Olé, olé, olé, Carmen te tenías que llamar!!!!
Un lugar cómodo y una persona maravillosa!! Enhorabuena Carmen.
Sin duda bar de referencia lgtb de Castilla y leon . Lo hemos pasado muy bien en el Carmen
Un lugar especial que a much@s en Salamanca nos ha ayudado a sobrevivir ??????
De hecho.
Un lugar especial que a much@s en Salamanca nos ha ayudado a sobrevivir.
¡Bravo por Carmen!!
Una mujer valiente y ejemplar, que se enfrentó a mil dificultades en Salamanca y consiguió prosperar. ¡Una pionera!
QUE GRANDE ERES CARMEN ,GRAN PERSONA,GRAN HIJA Y UNA GRAN PROFESIONAL ,
Solo fui unas pocas veces en todos estos años, y tengo 45. He de decir que aunque no soy del ambiente siempre me lo pasé bien allí, guardo buen recuerdo y les deseo lo mejor por muchos años más
Yo pinchaba en el Luxor cuando abrió y más de un día fui a tomarme una copa y muy agradables, mucho jaleo en aquellos años en la gran vía
Hemos sido amigas desde el instituto,lo pasábamos genial allí y cuando vamos al Carmen para verla era una gozada ,el ambiente es maravilloso,divertido yte lo pasas genial .
Te queremos Menchu.
Cuanta razón tienes Maripe. Qué buenísimos y divertidos momentos con toda esa gente diversa y encantadora con la que nos hemos topado en el bar de «Menchú» Y la música …. para no parar . No os costará saber quién Soy.
Ole olé y olé por esta chica tan especial.
Te he leído desde Alemania y me gustado mucho lo que has dicho. Enhorabuena por tu perseverancia. Sigue así
Un lugar en donde sentirte como en casa.
Menchu es una luchadora nata.
Gracias por todos estos años y por los que nos quedan por disfrutar de tu local ??
Un lugar estupendo donde poder disfrutar de la noche y sentirse como en casa ?
Menchu siempre ha sido una luchadora nata
Gracias por las noches que hemos disfrutado y por las que nos quedan por disfrutar ??
Esos signos de interrogación salen porque pusiste algún emoji. En mi comentario también pasó y no se puede editar ni borrar. Muy mal! Porque puede cambiar e sentido del comentario.
Conocí a «la Menchú» así la llamaban en la Facultad cuando estudiaba Historia y he ido yendo al Carmen cuando vityya Salamanca. Todo un referente.
Un abrazo muy fuerte
Sitio estupendo y persona maravillosa
Yo soy Colombiano y me gusta ir al carmen la verdad ella es súper agradable y muy bella persona el ambiente es muy bueno .. muchas felicidades menchu . Ojalá siga así
Que bonito es leer esto ,y que recuerdos nos devuelves,todos esos bares y el tuyo ,lo pisábamos en esa época ,ahora menos ,pero nunca es tarde para volver y más que tengas esa fuerza,para seguir en pie ,y más en el mundo de la hostelería
Dear Carmen, I am writing to thank your friendship. It has been with sheer pleasure that I have met you. I am very pleased to have contacted with your friends, too.
Best regards, Hann from UdRSS.
Estupendo mágico muy buena musica un sitio muy especial donde nos encontramos muy a gusto última vez viernes pasado siempre dos cervezas
Dear Carmen, I am writing to thank your friendship. It has been with sheer pleasure that I have met you. I am very pleased to have contacted with your friends, too.
Best regards.
Tardes lo que tardes en volver, siempre te hacen sentir como en casa. Gran persona Menchu. ?
Cuanta razón tienes Maripe. Qué buenísimos y divertidos momentos con toda esa gente diversa y encantadora con la que nos hemos topado en el bar de «Menchú» Y la música …. para no parar . No os costará saber quién Soy.
Ole olé y olé por esta chica tan especial.
Olé olé y olé por esta chica tan especial.Cuanta razón tiene Maripe, cada vez que vamos a tu bar pasamos momentos felices y divertidos con toda esa gente diversa y maravillosa que encontramos allí.
Qué la noche no pare y la disfrutes hasta que el cuerpo y la vida laboral aguante .
Gran entrevista!! Eres enorme, Menchu y viva el Carmen Bar!
Un beso desde Panamá ; ) Sigues siendo grande.
Vale más por lo que calla que por lo que cuenta. Su madre era una mujer de bandera.
Un referente para tod@s en esta ciudad , una gran profesional , trabajadora incansable.
No pongáis emojis en vuestros comentarios porque los sustituye por signos de interrogación que pueden cambiar el sentido del comentario y no se puede editar ni borrar
Ojalá desde la página @cronicadesalamanca lo solucionen.
Estuve hace poco en salamanca viendo medina azahara, te debo una visita
Que recuerdos cuando iba con mi novia ,ahora mi mujer ,siempre que salimos vamos al Carmen nos encanta la diversidad que hay.La dueña Carmen siempre nos ha tratado con amabilidad y una sonrisa.
Un gusto leerla desde mi pais natal México pero una española mas maja hermosa ella con esa calidez y humildad que la caracteriza un gusto mirarla y leerla saludos campeona y esperando poder visitarte pronto bss desde CDMX;-)
¡¡VUELVE A PONER CASETAAAA!!
Te queremos.
??
Yo soy uno de tantos clientes que empezó. Ir al carmen nada ma abrirse era mas de chicas pero luego se fue mezclando el ambiente, de momento sigo yendo por allí, sin calladas, pero bueno a Carmen ya le va faltando menos jajaja, muchas suerte y que dure muchos años este bar
Que no me toque nadie a «la mi Menchu» (jajaja). Creo que mi mujer y yo, que de aquella teníamos 20 años, hemos sido de las clientas más fieles…y seguiremos! Aún en la distancia geográfica, puedo asegurar que no hay vez que venga a Salamanca que no me pase por allí. Así que pasen los años, hay lugares que llegan a formar parte de la propia historia vital.
Toda una vida, en la que Carmen Bar puso la música, la libertad, la verdad, la alegría de vivir, y la honestidad de una vida plena no sometida a los prejuicios casposos y ruinosos de los «sometidos». Menchu, si hay cielo de quienes hicieron felices a otros y otras, allí espero encontrarte para que no acabe la fiestaaaa! Grande grande grande !!!