Sara Carbonero está emocionada. No es para menos, su abuela cumple 100 años y lo hace rodeado de los suyos. Su nieta más mediática le ha escrito una emotiva carta. «Abuelita, un siglo de amor». Así comienza.
«Sé que no te gusta mucho asomarte por estos lares porque dices que te ves mayor, (siempre presumida) pero hoy hemos negociado que la ocasión merecía la pena. Déjame ‘presumir’ de abuela. ¡100 años! Eres la matriarca de la familia, madre, abuela y bisabuela. Estás en todos mis mejores recuerdos de infancia», comparte Sara Carbonero.
La periodista relata momentos vividos con su abuela, que ambas saben interpretar. «La paloma de la nieve que se posaba en la ventana, el pajar, los cuentos hasta dormirnos a todos los nietos, la vendimia, tu tortilla de patata, tejer juntas, la estufa de palos en la cocina, la ‘portá’ con su canasta, su tractor y sus gallinas… No sigo porque son interminables».
La recuerda siempre con un libro en la mano «porque tu curiosidad no tiene límites y te tocó vivir una vida no siempre fácil. A menudo me contabas lo mucho que te gustaría ser la protagonista de esas historias. La que no vestía de negro, la que viajaba y conocía mundo. La soñadora, la idealista», define Sara Carbonero a su abuela.
Sara agradece a la vida que hayan disfrutado y aprendido tanto de ella. «Gracias a ti por mantener a nuestra familia unida, como hoy, no ha faltado absolutamente nadie para celebrarte. No hay lluvia, distancia ni nada que nos pudiera hacer perdernos este día contigo», puntualiza.
Por todo ello, Sara Carbonero asegura que una vida entera no será suficiente para devolverte todo lo que has hecho por ellos. «Eres paciencia, refugio, raíz, el lugar al que volver para encontrarme. Deberías ser eterna. De momento, vamos a por el récord y a ver si se nos pega algo de tu genética. Te quiero con locura», escribe.
Además, la influencer comparte que su abuela es su guía, faro y ángel de la guarda. «Eres casa para todo aquel que llega ‘nuevo’ a la familia. Eres la bondad hecha persona, la que no juzga. Una mujer muy adelantada a su época. Te quiero, te quiero, te quiero. ¡No se puede estar más guapa ya!», concluye.