Solo pudieron llorarlos en la intimidad

Un 14 de abril de 1931 se proclamó en España la Segunda República
La asociación Salamanca Memoria y Justicia organiza un acto en recuerdo de las viudas y madres republicanas.

La asociación Salamanca Memoria y Justicia recordó este 14 de abril que hace 94 años tal día como hoy se proclamó en España la Segunda República. Trayendo a nuestro país libertad, igualdad, fraternidad, justicia social, equilibrio económico, educación pública laica y acabando con el caciquismo entre otros adelantos sociales. Todo se truncó un 18 de julio de 1936 con el golpe de estado y posterior Guerra Civil.

Cada año, la asociación recuerda este 14 de abril a un colectivo damnificado por la Guerra Civil y la dictadura de Franco. El acto es humilde y emotivo. Este año se ha recordado a las viudas y madres. Esas mujeres que perdieron a los maridos, hijos y padres.

Mujeres que tuvieron que sacar adelante a sus hijos con dignidad, entereza y serenidad. No podía ni llorar a sus muertos, algunas veces no sabían si habían muerto, en otras ocasiones si derramaban una lágrima en público podían ser encarceladas o, peor aún, fusiladas. Solo podían llorarlos en la intimidad más solitaria. Seguro que no se permitieron mostrar flaqueza ni delante de sus propios hijos.

Ellas y sus hijos quedaron marcados de por vida como esposas e hijos de ‘rojos’. Muchos de los hombres que un día fueron arrancados de sus hogares moran en cunetas sin nombre y ya casi sin testigos, porque han pasado más de 80 años desde la Guerra Civil. Ya va siendo hora de que se abran esas tumbas y se cierren esas heridas, que marcaron a unas mujeres y a unos niños. Muchos de ellos ya muertos.

Este lunes en el Memorial del San Carlos Borromeo en Salamanca se volvieron a nombrar a Eusebia, Ascensión, Visitación, Martina, Trinidad, Petronila, Eusebia, Gumersinda y Magdalena. Todas ellas viudas de Nicolás, José, Simón, Matías, Felipe, León, Alejandro, Ramón, Juanito, Agapito, Valetín, Bartolomé, Nicolás y Evaristo. Mujeres y maridos naturales de Fuenteguinaldo.

Un día cuando volvían del trabajo, estos hombres fueron encarcelados y fusilados. Las mujeres escribieron al gobernador civil de Salamanca solicitando información sobre sus maridos. La carta la enviaron un 8 de diciembre de 1938. No se sabe quién se la dicto, pero terminaban diciendo: ‘Tercer año triunfal. ¡Arriba España!’

Pedían en la misiva caridad y compasión de ellas y de sus hijos. Le deseaban al gobernador que Dios guarde su vida muchos años…

Y así 13 mujeres se ponían de rodillas a sus pies, con 32 hijos a ver si su poder y la mucha bondad, le daban el paradero de sus maridos y padres. No obtuvieron respuesta.

De Fuenteguinaldo a Ciudad Rodrigo. Rosario Carrecedo vino de Cuba, se casó, vivió en Galicia y por esos avatares de la vida, residió en Ciudad Rodrigo. Allí se llevaron preso a su marido por rojo. Iba a verlo, pero un día se escapó de la prisión y lo pillaron de nuevo. De la cárcel de Ciudad Rodrigo a la de Salamanca. Rosario lo siguió a la capital del Tormes. Lo mataron, se llamaba Ángel López.

Ella y su hijo regresaron a Galicia para vivir con los suegros. Le quitaron al hijo por roja. Estuvo en prisión. Cuando salió, regresó a Cuba donde vivían sus padres. Allí trabajo por la Revolución Cubana y Rosario Carrecedo es un referente de mujer trabajadora, luchadora y defensora de la justicia social.

Volvemos a Salamanca a la abuela Antonia Baldión. Carmen habla de su abuela como una mujer valiente, de esas que dejan huella en quienes tienen el privilegio de conocerla. A pesar del dolor inmenso que le toco vivir, la pérdida del compañero de vida, su abuelo, y de su hijo mayor, que fueron fusilados por creer en la libertad. A pesar de todo, supo mantenerse erguida, firme, digna… como solo una gran señora sabe hacerlo.

Antonia fue una mujer que custodió la memoria de su marido para que nunca fuera olvidado y a los que en muchas ocasiones les prohibieron llorar la falta de su ser querido, lagrimas guardadas en el fondo de su corazón.

En un país donde el hambre y la miseria se impuso por el golpe de Estado franquista, ellas supieron sacar fuerzas y sobreponerse al dolor por la falta de su marido.

Eso mismo le ocurrió a Encarna García. Un día se llevaron a su marido Ramón y no lo volvió a ver nunca más. Tenía una hija pequeña y estaba embarazada de su segundo hijo, Ramón, que no conoció a su padre. Ramón Haro era jornalero, joven, con ganas de vivir y de disfrutar de una vida en familia.

Ramón Haro Gómez fue asesinado un 24 de mayo de 1938. Desde entonces, su familia, especialmente su mujer, Encarna, lo estuvieron reclamando, esperando y buscando. Este lunes, Elizabeth una de sus nietas los ha recordado a los dos, a Encarna y a Ramón en el Memorial del San Carlos Borromeo.

El acto se cerró con la lectura de la Elegía a Ramón Sijé, de Miguel Hernández, por parte de Carmen Barba.

Luisa Vicente Martín pidió que lo escucháramos o lo leyéramos pensando que Miguel Hernández se lo pudo dedicar a las viudas. Si ustedes lo leen, verán que encaja perfectamente. El amor es el amor.

Para ver la galería de imágenes, sigue la flecha.

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3 comentarios en «Solo pudieron llorarlos en la intimidad»

  1. Muchísimas gracias por darnos voz y poder contar una pequeña parte de nuestrxs heroxs nuestrxs abuelxs.
    Mientras tengamos memoria no nos callarán Salud y República Camaradas.

    Responder
  2. Ni a los perros se les deja tirados en las cunetas. Media España tirada a la basura y 80 años sin hacer nada para devolverles siquiera la dignidad humana. País de vergüenza.

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