El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, animó este miércoles a “no ser complacientes” en lo que se refiere a la industria del español, a pesar de reconocer su “orgullo” por que lo hablen 500 millones de habitantes nativos en el mundo y 100 más porque lo han estudiado, para que esté presente “en el futuro” ligado, según matizó, a “la trasformación tecnológica y la ciencia”.
J.M.A. / ICAL. “Ahora tenemos que competir no solo con la demografía hablante de español, sino con la inteligencia artificial, con la ciencia, con la transformación tecnológica y, en ese sentido, debemos seguir trabajando para que el español esté presente, no en el pasado que nos ha unido, sino también en un futuro que debe seguir uniéndonos”, reflexionó en declaraciones recogidas por Ical antes de la celebración de una jornada en la Facultad de Filología de la Universidad de Salamanca sobre la figura de la poeta colombiana Piedad Bonnett.
Según explicó, coincidió anteriormente con la escritora en la Feria de Bogotá, en su país natal, e hizo una reflexión “brillante” en su discurso acerca de la cultura hispanohablante. “Pude comprobar la unidad que hay entre la cultura que se escribe en España con la cultura que se escribe en Colombia y todos hemos tomado conciencia de que ya no se trata de la cultura colombiana o española sino la cultura en español. Eso es muy es muy importante o sea que tenemos motivos para estar orgullosos”, recalcó.
La propia escritora había hecho previamente una reflexión sobre la importancia de internet en la difusión de la poesía y el director del Instituto Cervantes recogió el guante para reclamar un ejercicio de “sensatez”, pensando en la historia de las grandes transformaciones tecnológicas a lo largo del tiempo, teniendo en cuenta que “los avances se pueden utilizar bien o mal”.
“Negar la importancia de Internet es cerrar los ojos a la realidad. Por ejemplo, estamos hablando del lenguaje español, con el movimiento de migrantes que hay, con las distancias que hay, a un alumno español que va a estudiar a Berlín o a un médico español que se forma en Estados Unidos o a un migrante español que busca trabajo en París, pues internet le sirve para estar en relación con su idioma, con su casa, con su vida diaria. Ya por eso hay que valorar lo importante que es en el mundo global una facilidad de comunicación”, resumió.
Sin embargo, alertó de que a través de internet pueden funcionar “trampas, engaños, mecanismos de la mentira”. “Aquello que parece que está en nuestro bolsillo y con nosotros se puede convertir en una trampa para quien quiere manipularnos. De manera que yo creo que hay que reivindicar muy bien internet, pero al mismo tiempo ser vigilante”, manifestó, especialmente en lo referido al público más joven.
Por ejemplo, los poetas jóvenes, añadió, “cuando utilizan las redes saben que es el espacio ahora momentáneo donde la intimidad se vuelve pública”. “Ahora a alguien le pasa algo y a los dos minutos lo está haciendo público en una red. Bueno, pues el poeta que utiliza esa dinámica pero ha leído por ejemplo a Piedad Bonnett lo hace con pudor, con inteligencia y con dignidad y hay otra mucha gente que no ha leído lo necesario y utiliza las redes e Internet diciendo lo que piensa sin pensar lo que dice. Y eso sí es un peligro porque se genera mucha dinámica de insulto y de manipulación”, matizó.
Piedad Bonnett
El director del Instituto Cervantes, quien se desplazó a Salamanca para participar en la jornada sobre Piedad Bonnett, aseguró que la escritora colombiana es “una de las grandes poetas del idioma” y que “lleva mucho tiempo engrandeciendo la poesía colombiana y la poesía en español”. “Me parece que es una poesía que conviene leer en el tiempo que vivimos, que es un tiempo donde se busca la sencillez, las verdades superficiales, las soluciones con prisa”, afirmó.
Sin embargo, desde su punto de vista, la poesía de Piedad Bonnet es “muy crítica y muy compleja”. “Al analizar su propio yo y sus relaciones con el mundo, se puede ver de qué manera no cree en verdades dogmáticas, sino que se plantea los matices de la realidad y se puede ver cómo se relaciona con el mundo para preguntarse cuál es la condición de la mujer, cómo es vista la mujer desde fuera y para preguntarse también las situaciones de violencia en Colombia, los peligros de la indiferencia y, al final, una reivindicación sobre ella misma es una reivindicación sobre la dignidad de todos los seres humanos”, finalizó.