Acorralado por el «caso Koldo», el hasta ahora secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, ha ejecutado este lunes su propio final político: ha renunciado a su escaño en el Congreso y, casi al mismo tiempo, ha solicitado su baja como militante del partido, antes de que lo echaran.
El movimiento, cargado de simbolismo, se produjo pasadas las tres de la tarde, justo mientras la cúpula socialista estaba reunida en Ferraz para decidir, precisamente, su futuro. Cerdán se adelantó así a la apertura de un expediente que desembocaría en una expulsión inevitable.
El detonante de todo fue el demoledor informe de la UCO conocido la semana pasada, que lo señalaba como presunto gestor de comisiones para Ábalos y Koldo García. Aunque ya había anunciado el jueves que dimitiría, este lunes ha formalizado su salida por la puerta de atrás.
Ahora, mientras la Mesa del Congreso tramita su adiós definitivo a la Cámara, el PSOE se recompone a toda prisa. La ejecutiva ha nombrado a un equipo interino de cuatro personas para tapar el agujero que deja Cerdán, al menos hasta que el partido se reorganice en su Comité Federal del próximo 5 de julio.
