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Un título merecido

El buque Ciudad de Salamanca.

[dropcap type=»1″]E[/dropcap]n junio de 1982 el Ayuntamiento fue premiado por el secretariado de la Campaña Europea para el Renacimiento de la Ciudad (CEOTMA), organismo dependiente del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo, y vinculado a la campaña lanzada por el Consejo de Europa bajo el lema “Ciudades para vivir”. ¿Qué mejor título para Salamanca que ser una ciudad para vivir? El premio consistió en un diploma y una medalla en los que se reconocía el conjunto de actuaciones en materia urbanística llevado a cabo por el Ayuntamiento. Recibí el premio en Madrid, rodeado de periodistas de la prensa nacional e internacional, de manos del ministro de el MOPU. El premio fue muy comentado, un Gobierno de UCD premiando a un Ayuntamiento socialista. Visto el sectarismo imperante, podemos decir que aquellos eran otros tiempos.

En junio de 1982 el Ayuntamiento de Salamanca dedicó dos placas a Luis Braille, creador de un sistema de escritura para invidentes. Una de ellas se colocó en la calle del Arco, sede de la ONCE; y la otra en una urbanización de viviendas donde habitaban gran número de ciegos. La primera de las placas dice: “A Luis Braille, ilustre ciego creador de un sistema de escritura en relieve para invidentes”. Las razones de este homenaje doble las expongo en otro lugar de estas memorias.

En julio de 1982 asistí al viaje inaugural del buque “Ciudad de Salamanca”. Hacía la travesía entre Valencia y Palma de Mallorca. El barco fue construido por Unión Naval de Levante para la compañía Trasmediterránea. Entregué como regalo de la ciudad una reproducción de la Virgen de la Vega. La imagen fue entronizada por el capitán en el puente de mando. Destinado a viajes entre la península y las islas Baleares y Canarias, está dotado de salones de estancia, restaurante, cafetería,  pista de baile, piscina, tiendas, salas de juego, cine, televisión y aire acondicionado. Tiene capacidad para albergar 750 pasajeros en camarotes y 232 en butacas. La tripulación la formaban entonces 84 personas. Hasta 1976 otro buque llevó el nombre de “Ciudad de Salamanca”. La madrina de la botadura fue la mujer del ministro de Agricultura, José Luis Álvarez. En la primera travesía, desde Valencia hasta Palma de Mallorca, acompañamos al ministro un grupo de autoridades salmantinas.

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