[dropcap]P[/dropcap]uedo decirlo miles de veces, pero me quedaré en 100. Cien Gracias.
[dropcap]Q[/dropcap]uizá me repita más a menudo de lo que me gustaría, en resumidas cuentas 99 semanas después vengo diciéndote más o menos lo mismo. O te lo lanzo más o menos desde el mismo lugar. Por cierto, la semana que viene hacemos fiesta de Centenario. Espero que te guste.
[dropcap]A[/dropcap] lo loco, juguemos a las calificaciones con humanos, a los aprobados, deficientes y sobresalientes. Existen dos maneras de ir contando a las personas que se nos van cruzando por el camino. Una, la que parte del cero, la otra, la que comienza la cuenta desde diez. ¿Qué más dará? puede pensarse… Si te quedas con la pregunta el tiempo suficiente concluirás que no, que no da lo mismo.
[dropcap]L[/dropcap]a de veces que lo hemos escuchado ¿verdad? Lo importante es participiar. Jamás cuando nuestro verbo fue precedido por una victoria. Entonces se disfruta. Se celebra. Pero del segundo al último, todos, tendrán en una cajita en la línea de meta ese estimulante lo importante…
[dropcap]V[/dropcap]oy a intentar que suceda algo con una historia (ojito con las fuentes). A la vista puede resultar, si quieres, insignificante. Como cualquiera de esas miles de insignificancias que significan tanto una vez decides mancharte las uñas rascando un poquito. La pintura salta enseguida en esos casos. La de lo rascado. La de quien rasca.
[dropcap]A[/dropcap]prendí de gente que sabe mucho más que yo de muchas cosas, de esos que escriben libros gordos, de esos que acogen probados conocimientos científicos, no como como el de un servidor, que nuestra configuración personal se graba entre los cero y los ocho años aproximadamente. Dale un margen de cortesía de meses arriba, meses abajo. Cada uno con sus ritmos y sus cosas, ya sabes.