Los afiliados del PSOE deciden este domingo en elecciones primarias el futuro del partido, que se juega entre las candidaturas de Pedro Sánchez y Susana Díaz, con Patxi López como tercer candidato en discordia.
Está en juego si el PSOE sigue apostando por el giro hacia sus principios elementales o la línea de sus últimos años, con una deriva liberal que alcanzó su cumbre derrocando a Pedro Sánchez como secretario general para apartarlo de la dirección del partido y facilitar, además, un Gobierno del PP, que como se ha podido comprobar, necesitaba imperiosamente seguir en el Gobierno para controlar los fiscales de cara a los casos de corrupción que se han investigado en su partido y que empiezan a sustanciarse en los juzgados.
Pedro Sánchez tiene la simpatía, a priori, de los afiliados más socialistas, más por cómo se comportó con él la actual dirección, que por su trayectoria política, lejos de la filosofía que ahora defiende como alternativa a la candidatura de Susana Díaz, respaldada por el aparato, para que todo siga igual (está bien vista incluso por el PP), con esa inclinación irrefrenable a predicar una cosa y hacer políticas liberales que, a veces, ni el propio PP se hubiera atrevido (antes de los recortes).
Son dos visiones contrapuestas que hacen difícil una convivencia de ambos líderes en el partido. Los afiliados han demostrado durante años, al menos hasta ahora, su fidelidad con el partido, tomara el rumbo que tomara. Ahora que hay dos alternativas, está por ver cuál será el desenlace y si la aparente fractura del partido es irreparable.
El tercero en discordia es Patxi López, que ha tenido que soportar durante la larga campaña el sambenito de liderar una candidatura instrumental al servicio de Díaz para restarle votos a Pedro Sánchez.
Las 16 agrupaciones locales designadas como centros de votación para la elección del Secretario General del PSOE en la provincia de Salamanca, y que abrían sus puertas a las diez de la mañana, han constituido sus mesas con total normalidad.