[dropcap]O[/dropcap]cho siglos contemplan a nuestra Universidad y desde entonces incontables estudiantes han pasado por sus aulas, en la serie ‘Ilustres de la Usal’ queremos rescatar la vida y trayectoria profesional de algunos de estos alumnos o personas con notoriedad mundial que se han acercado hasta Salamanca para formarse o para transmitir su saber
Traemos a esta serie a Adolfo Suárez, primer presidente de la Democracia, y recordando su vida, recorremos los últimos años del Franquismo y primeros de la Democracia.
Cuentan que Adolfo Suárez no fue un estudiante de matrícula. Ateniéndonos solo a la parte objetiva, sus biografías desvelan que pasó por varios colegios, que le gustaban más los juegos de azar que la lectura y más el deporte que el pupitre.
Se matriculó como estudiante libre en la Facultad de Derecho de la Universidad de Salamanca en el año 1949 y se licenció en 1954. Con el título bajo el brazo, conoce Fernando Herrero Tejedor, su ‘padre’ político y el que lo lanzará a conseguir una carrera dentro del régimen del dictador Franco. Antes de comenzar su andadura, se doctora en Derecho en la Universidad Complutense.
El primer puesto de renombre que ocupa es el de Jefe de Gabinete Técnico del Vicesecretario General del Movimiento en 1961. Se convierte en procurador en Cortes por su tierra, Ávila, en 1967. Y un año después, es nombrado gobernador Civil por Segovia.
Es joven, guapo, carismático y una familia de postal. Casado Amparo Illana el 15 de julio de 1961, el matrimonio tiene cinco hijos, Mariam, Adolfo, Laura, Sonsoles, y Francisco Javier. Su popularidad va en aumento y es la cara amable y juvenil de un régimen dictatorial que agoniza. Todo ello, lo lleva a ocupar la Dirección General de Radiodifusión y Televisión a finales de los sesenta y está en el cargo hasta 1973.
Su papel en el Movimiento Nacional es fundamental y el 11 de diciembre de 1975, veintiún días después de morir el dictador Franco, es nombrado ministro secretario general del Movimiento.
Su relación con el Rey
Quizá porque eran casi de la misma edad, Adolfo Suérez era seis años mayor que el rey Juan Carlos, quizá porque a ambos tenían gustos similares, o tal vez porque el rey también estaba muy vinculado al régimen. De hecho, asumió interinamente la jefatura del Estado entre el 19 de julio al 2 de septiembre de 1974, y después desde el 30 de octubre al 20 de noviembre de 1975 por enfermedades de Franco. Lo cierto es que el rey y Suárez se entendían, se llevaban bien y era casi de obligado cumplimiento que, don Juan Carlos lo nombrara presidente del Gobierno con la gran responsabilidad de encargarse del desmontaje de las estructuras franquistas.
El 15 de junio de 1977, por primera vez en España desde 1936, se celebran elecciones generales libres y Adolfo Suárez se proclamó vencedor al frente del partido de coalición Unión de Centro Democrático (UCD), que Suárez logró formar gracias a las buenas relaciones que había ido cosechando durante su trayectoria política. Y se hizo famoso el lema: ‘Puedo prometer y prometo’ que lo acompañó durante esa campaña.
Suárez fue valiente y lo demostró cuando aquel Sábado Santo de 1977, Adolfo Suárez se atrevió a legalizar el Partido Comunista con la oposición de un gran número de militares de alta graduación, que recelaban del rey Juan Carlos y de la apertura del régimen.
Las Cortes resultantes de las elecciones del 77, convertidas en constituyentes, aprobaron la Constitución, que los españoles respaldaron el 6 de diciembre de 1978. El régimen franquista había quedado atrás y el apoyo a Adolfo Suárez se iba haciendo cada vez más patente con el paso de los años, tanto es así que el 3 de marzo de 1979, Adolfo Suárez ganaba por segunda vez unas elecciones generales, e iniciaba su tercer mandato como presidente del Gobierno.
En 1980, el PSOE presentó una moción de censura que, aunque derrotada de antemano, deterioró aún más la imagen de un Suárez, desprovisto de apoyos en su propio partido. Finalmente, el 29 de enero de 1981 optó por presentar su dimisión tanto como presidente del Gobierno? como de Unión de Centro Democrático. En su despedida dijo: ‘Yo no quiero que el sistema democrático de convivencia sea, una vez más, un paréntesis en la historia de España’.
Uno días después, el 23 de febrero de 1981, se produjo el golpe de Estado. Suárez dijo años después en un reportaje de Televisión Española: «¿Valiente por qué? Yo representaba al Estado. ¿Cómo me iba a tirar al suelo?»
La imagen de Adolfo Suárez levantándose de su escaño para ayudar a su vicepresidente, Manuel Gutiérrez Mellado, zarandeado por los guardias civiles que asaltaron el Congreso el 23F, se ha convertido en uno de los iconos de la democracia. Los únicos que no se escondieron bajo sus escaños mientras el golpista Antonio Tejero descargaba su pistola en el techo del hemiciclo, que aún conserva las marcas de los disparos, fueron Gutiérrez Mellado, el entonces secretario general del PCE, Santiago Carrillo, y Suárez. Los tres han muerto ya.
Suárez y Salamanca
Adolfo Suárez visitó Salamanca en varias ocasiones, aunque oficialmente como presidente no acudió nunca.
Nacho Francia, periodista de RNE en Salamanca, recuerda una anécdota, cuando vino a pasar un fin de semana a Ciudad Rodrigo con Salvador Sánchez-Terán, en ese momento era ministro de Transportes y Comunicaciones, y al regresar paró para visitar la Universidad en plan totalmente privado, no como presidente. Ocurrió el 27 de agosto de 1978, que era domingo. Contempló la fachada, recorrió las aulas, se detuvo especialmente en la de Fray Luis y en el paraninfo… Le acompañaban algunos miembros destacados de UCD, aparte de Sánchez-Terán. La visita, igual que la estancia en Ciudad Rodrigo, la hizo con el general Manuel Gutiérrez Mellado, vicepresidente del Gobierno, y las esposas de ambos.
También vino para apoyar a sus compañeros de partido en la campaña electoral de 1991. Jesús Málaga en su libro ‘Desde el balcón de la Plaza Mayor: Memorias de un alcalde’, recuerda que «uno del os primeros en visitar Salamanca fue el expresidente Alfonso Suárez. Dijo algo que con posterioridad nos daría mucho juego:
-El CDS solamente pactará con programas de progreso.
Estaba indicando, con dos meses de antelación, por dónde iban a discurrir las cosas. En el mitin centrista hablaron Charo Diego y José Luis Sagredo, que se expresaron en términos parecidos».
Salamanca con Suárez
Salamanca recuerda a Adolfo Suárez con una calle y una glorieta que lleva el nombre del primer presidente del Gobierno después de la dictadura franquista.
La Universidad también rindió un homenaje al ex presidente, fue en abril de 2011, cuando el rector de la Universidad de Salamanca, Daniel Hernández Ruipérez, descubrió un vítor en honor al político abulense con el lema: ‘La concordia fue posible’.
Con este acto, la Universidad reconoce el paso por nuestras aulas de Adolfo Suárez, una figura fundamental en la construcción de la España en la que hoy vivimos. Durante el homenaje, el rector leyó una carta remitida por Adolfo Suárez Illana, hijo del expresidente, en la que manifestó el enorme afecto que por la Universidad siempre sintió su padre. “Allí encontró la formación jurídica que le abrió las puertas al desarrollo de su profunda vocación política, también allí encontró algunos amigos que le acompañarían ya a lo largo de su vida”.
Su enfermedad
Precisamente, su hijo Adolfo fue el que dio a conocer en el año 2005 que su padre sufría alzheimer desde hacía dos años y por la cual ya no conocía a nadie, había perdido su memoria y ni siquiera se acordaba del papel tan importante que había desarrollado en la transición.
Uno de los momentos más emotivos, vividos tras hacerse pública su enfermedad, fue la visita del rey Juan Carlos a Adolfo Suárez en su domicilio familiar en julio de 2008.
Durante este encuentro, en donde el ex presidente no reconoció al Rey aunque reconoció que debía ser alguien que le apreciaba mucho por lo cariñoso que se mostraba con él, don Juan Carlos le hizo entrega del Collar de la Insigne Orden del Toisón de Oro, la más importante que concede la Casa Real Española.
Adolfo Suárez murió en Madrid el 23 de marzo de 2014.