Roger y Lara Griffiths se han convertido en un ejemplo de mala gestión del patrimonio. Esta pareja ganó un premio de lotería de 2 millones de euros en 2005 y, actualmente, no tienen nada. “Estamos mucho peor que antes de ganar”, reconocen.
Roger y Lara Griffiths son una pareja británica que en octubre de 2005 obtuvieron un premio de 1,8 millones de libras, unos 2 millones de euros. Ahora, casi 18 años después, los Griffith no tienen nada.
Según ha recogido el diario británico ‘The Sun’, la situación actual de los Griffith se debe desde a malas inversiones como a negocios fallidos y mala suerte. Así, nada más ganar el premio compraron una mansión en Yorkshire por 800.000 libras. Después se dejaron sumas importantes de dinero en hoteles de lujo en Dubái, Mónaco o Nueva York.
Además, Roger se compró un Porsche descapotable y Lara un Lexus 4×4, mientras que sus dos hijas comenzaron a estudiar en un colegio de 12.000 euros al año. Por si fuera poco, él adquirió una colección de trajes y se hizo un blanqueamiento dental e inyecciones de bótox, mientras que ella compró joyas, ropa, muebles y bolsos de diseñador.
“Nos dijeron que no pusiéramos todos los huevos en una sola canasta, así que decidimos invertir en propiedades y negocios. Pensábamos que lo estábamos haciendo todo bien”, explica Lara. Así, invirtieron 225.000€ en un negocio de spa que regentaba ella y que tras el estallido de la crisis económica comenzó a perder dinero. Por su parte, Roger decidió cumplir su sueño de la infancia: ser estrella del rock. Para ello, compró guitarras por 4.500€ y gastó 28.000€ en grabar un disco del que solamente vendió 600 copias.
“Ganar la lotería no es tan bueno como parece. La mayoría de las personas terminan peor de alguna manera u otra, y nadie simpatiza contigo porque ganaste el dinero en logar de ganarlo. Ni siquiera he vuelto al punto de partida, estoy mucho peor que antes de la victoria”, reconoce Lara.
Por si fuera poco, en la víspera de Año Nuevo de 2010 su casa fue destruida por un incendio, y el seguro era insuficiente. Finalmente, el matrimonio también terminó cuando Lara pilló a Roger a punto de cometer una infidelidad. “El nuestro es realmente un cuento con moraleja. Ambos somos personas bien educadas que trabajaron arduamente para que nuestros negocios fueran un éxito. Si esto nos puede pasar a nosotros, le puede pasar a cualquiera”, lamenta Roger.