La educadora Belén Cortés murió este martes, presuntamente estrangulada y golpeada por tres menores en el piso tutelado de Badajoz donde cumplían medidas judiciales, y en el que ella desarrollaba su labor profesional. El crimen se atribuye a dos chicos de 14 y 15, y a una joven de 17. La trabajadora ya había avisado de que “temía por su vida” y estaba amenazada.
La educadora comunicó la noche de su muerte que los menores estaban “intentando largarse”, según informa este viernes el programa ‘Vamos a ver’ (Telecinco), que ha hecho pública la última conversación que mantuvo con su pareja.
Belén también contactó con el padre de uno de los tutelados, a quien explicó que el menor estaba “un poco rebelde, con intención de irse con el otro”. “Estoy intentando reconducir. He conseguido que se meta en la cama, a ver si le hace efecto el jarabe”, añadía en un mensaje.
El padre preguntó si su hijo asistiría al instituto al día siguiente y dijo que tenía previsto poner la situación en conocimiento de “la Junta”. El siguiente mensaje del hombre, que tampoco obtuvo respuesta por parte de la trabajadora, fue para interesarse sobre si los jóvenes se habían dormido. Para entonces, la educadora ya había muerto. Actualmente, la investigación sigue abierta
Este jueves, profesionales del sector social han llevado a cabo concentraciones en recuerdo de la víctima y a modo de reivindicación para pedir mejorar las condiciones de seguridad en centros similares al chalet de Badajoz.