El periodista Jordi González cuenta en Semana que estuvo a punto de morir cuando sufrió “una bronconeumonía bilateral, que es la enfermedad que ha matado al papa Francisco, agravada con una crisis renal”.
Ocurrió durante una visita a Medellín (Colombia), cuando resultó afectado por una bacteria que le causó una grave una infección, por lo que fue necesario inducirle el coma durante tres semanas.
Así lo detalla el presentador en exclusiva a la revista, en una entrevista en la que asegura que se trata de una afección con un alto índice de mortalidad. Sobre cómo vivió el duro trance, señala que no recuerda nada y que estuvo “más allá que acá”.
Tan preocupante fue su estado que los médicos que lo atendieron recomendaron avisar a su familia, porque no descartaban el peor de los desenlaces.
Uno de los principales miedos para el periodista, una vez que salió del coma y empezó a recuperarse, fue perder la voz por la traqueotomía o que su movilidad se viera afectada y, aunque nada de eso ocurrió, reconoce que aún está recuperando las fuerzas y que hasta tiene pesadillas en las que se sigue viendo “atado y con cables y tubos por todas partes”, como durante sus 57 días en la UCI.