Los vehículos no deberían de poder entrar a la gran pradera del Zurguén.
«Es muy fácil impedirlo, el Gobierno municipal solo tiene que poner un par de señales de prohibido el paso y/o una barrera física para más seguridad», explican desde la asociación Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca.
La pista de las roderas cada vez es más ancha. Es muy probable que los que entran en el coche son los que menos valoran este precioso lugar, casi natural y a una mínima distancia del casco urbano.