Que una serpiente elija nuestro coche para ocultarse en estos meses de verano es un hecho perfectamente factible. Para ellas es un lugar perfecto, pues necesitan fuentes de calor con las que regular su temperatura, como animales de sangre fría que son. Por eso, un motor recién apagado puede resultarles un buen escondite.
La primavera y el verano son las estaciones de más actividad para estos animales y, los aparcamientos cercanos a zonas con vegetación, pueden ser los más propicios para que el ‘susto’ tenga lugar.
Y es que el sobresalto es inevitable en casos así, incluso a pesar de que la mayoría de estos reptiles no son venenosos. No hay un modo refinitivo para evitar que se introduzcan en un coche, pero sí varias recomendaciones para reducir las posibilidades.
Es preferible evitar zonas de aparcamiento junto a matorrales o vegetación baja y tupida, sobre todo en el campo y, si esto ya ha ocurrido, conviene revisar el vehículo abriendo el capó. Otro consejo útil es utilizar repelentes químicos, que se pueden comprar en los formatos granulado y líquido, e incluso en spray. Se puede aplicar alrededor del coche para evitar que las serpientes lo elijan para ocultarse.
Pero, ¿qué hacer si ninguna de estas precauciones ha servido? Lo fundamental es mantener la calma y, bajo ningún concepto, tocar al reptil, del que nos mantendremos lejos en cuanto sea posible, preferiblemente tras abrir puertas y ventanas para facilitar su salida. Mientras, podemos ir llamando al 112 o al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), que serán quienes retiren al animal de forma adecuada. Por supuesto, nunca debemos conducir con el animal dentro del vehículo.
También es habitual que se conviertan en huéspedes de nuestro jardín, pues tienden a aprovechar, también en verano, las madrigueras que otros pequeños animales excavan en la tierra. Pese a su sigilo, ha varias señales que delatan su presencia.
