[dropcap]P[/dropcap]arece que fue ayer, que les felicitaba la Navidad desde este mismo medio y hoy vuelvo a lo mismo. Les aseguro que no hay mucha gana, pero el calendario manda como lo hace tantas veces.
[dropcap]P[/dropcap]arece que fue ayer, que les felicitaba la Navidad desde este mismo medio y hoy vuelvo a lo mismo. Les aseguro que no hay mucha gana, pero el calendario manda como lo hace tantas veces.
[dropcap]L[/dropcap]es tengo que confesar que a veces ver la misma noticia publicada en dos diarios diferentes desde un punto de vista diverso, me lleva a sentir que me hallo en países dispares. No se si me avergüenza más ver el morbo o los comentarios que se hacen de la noticia por quienes llevan por costumbre la falta del respeto y la nula educación recibida. La libertad de expresión y el criterio propio es algo que hay que mantener, pero la dignidad a cierta gente no le llega ni a los tobillos.
[dropcap]A[/dropcap] dos días de que se celebre el Día Internacional de los Derechos de la Infancia. he de decir que aún me asombra ver tantas malas acciones cometidas por menores y también hacia ellos.
[dropcap]H[/dropcap]ace unos días hubiera cumplido 17 años. Tenía un nombre y una familia que la esperaba todos los días en casa. Era bonita por fuera y bonita por dentro, según me contaron. Pero aquel 10 de enero, decidió acabar con su vida, agotada por vivir desde hace tiempo con la crueldad a la que era sometida a diario por sus propios “compañeros“.
[dropcap]¿[/dropcap]Qué decir ante tanto nivel de maldad junto? ¿Cómo se puede explicar que menores de 13 y 14 años pongan su ley a base de golpes, mientras otros lo jalean entre risas y encuentran su trofeo en la grabación y difusión en imágenes en las que otra menor es brutalmente agredida y suplica que paren mientras la sangre resbala por su rostro?
[dropcap]A[/dropcap]nte el desconcierto general por la tardanza en hacer públicas las intenciones de la vuelta al cole y el malestar que todo ello está provocando en familias y en docentes a dos semanas escasas de que empiece el curso, volvemos a ver la improvisación como tónica general.
[dropcap]S[/dropcap]egún dice el refrán: se coge antes a un mentiroso, que a un cojo. Les puedo asegurar que, para mi suerte o desgracia, sé de ambas cosas. Mirar a la cara, a las manos y sobre todo a los ojos, me dice mucho. Las actitudes y el silencio hacen el resto.
[dropcap]V[/dropcap]uelvo a poner de manifiesto, una vez más, la peligrosidad de algunas acciones que hacen su aparición como verdaderos retos y muestran a veces lo efímera que puede ser la fama para la magnitud del daño causado.