– Hay algo de todo lo que me ha explicado que no acabo de entender.
– ¿Sabe que su leyenda de los «espectros de Salave» ha causado sensación?
– No me extraña. Parece que es como si algo faltase en una zona tan veraniega como es la de Tapia de Casariego. ¡Pues ya tienen su leyenda!
– Después de leer lo que escribió sobre la laguna de Salave me da la impresión de que usted es muy escéptico sobre las leyendas…
[dropcap]T[/dropcap]odos, o casi todos –dejémoslo mejor en muchos–, tenemos en nuestra mente, a veces muy oculto, un plato que identificamos con nuestra madre.
[dropcap]L[/dropcap]a Cueva de Salamanca es un lugar ligado a artes diabólicas o nigrománticas, algo que va unido a la antigua fama de la ciudad, de cuando ya lo era por su gran Universidad. ¡Cómo no! Porque si en ella se enseñaban los saberes humanos y divinos, ¿cómo no iba a haber, digamos, otra universidad satánica paralela? Allí el demonio retenía a siete alumnos durante siete años y uno de ellos permanecía después de por vida encerrado para ser esclavo del Maligno.
[dropcap]S[/dropcap]alamanca es una ciudad que, además de por su Universidad, es maravillosa por sus monumentos. Eso lo sabemos todos.