[dropcap]S[/dropcap]uele pasar: te nombran para algún cargo importante y cambia tu personalidad y tu modo de relacionarte con el mundo (sobre todo cuando no hay una persona auténtica y madura por detrás…). Síntoma de baja autoestima, de bipolaridad y sobre todo de alexitimia. Los cargos, los roles que desempeñamos en la sociedad pasan sin dejar mucha huella. Lo decisivo es el ser persona, tú mismo, en el desempeño de esa tarea: realizar el trabajo desde nuestra idiosincrasia, dejando nuestra impronta y nuestro carisma por encima de todo.
Moncho Campos
“Dum spiro, spero…”
[dropcap]T[/dropcap]raducido: “Mientras hay vida, hay esperanza”. O la esperanza es lo último que se pierde. Bien lo sabemos los voluntarios del Teléfono de la Esperanza que acabamos de celebrar a nivel nacional los cincuenta años de su fundación. La virtud y la fuerza de la esperanza tan actual para los creyentes en este tiempo de adviento. Vivimos por lo que esperamos.
Soltar, dejar ir…
[dropcap]N[/dropcap]uestra querida sociedad nos inculca lo necesidad de atarnos a cuanto somos y poseemos, a aferrarnos a lo material, al consumo, a nuestra familia y trabajo con una actitud de apego y cerrazón.
Ayudarnos
[dropcap]H[/dropcap]ubo un tiempo no muy lejano en que se veían los métodos y libros de autoayuda como la clave del desarrollo personal y de la felicidad vital. Y llevaban razón. Pero las situaciones cambiantes –a veces trágicas- de nuestro mundo y de la condición humana nos hacen descubrir la importancia del ayudarnos ayudando a los demás.
Inteligencia espiritual
[dropcap]Y[/dropcap]a se trabaja en los colegios lo referente a la Inteligencia Emocional y comienzan también a introducir el tema de la Inteligencia Espiritual. Es básico para la persona. Ya en el año 2000 Danah Zohar acuñó el nombre de Espiritual a esta Inteligencia que engloba y resume todas las inteligencias anteriores de las que habló (…)
Si Dios quiere…
[dropcap]N[/dropcap]uestro lenguaje coloquial está lleno de muletillas y mantras que usamos de modo rutinario e inconsciente. Completamos nuestras frases y conversaciones con dichos tradicionales que heredamos y nos los transmitimos con mucha naturalidad.
Una tarde con Teresa
[dropcap]M[/dropcap]e senté junto a ti, querida Teresa, hace unos días a las puertas de tu casa natal –hoy tan cambiada por la manía de plantar capillas e iglesias por todas partes- retratada como siempre con la pluma, escribiendo y mirando a lo alto con tus hermosos ojos. Inmóvil, extasiada, un poco teatral, como insatisfecha con el lugar y el papel que te tocó representar en tu Ávila querida.
Natural…mente
[dropcap]P[/dropcap]reocupa mucho a nuestra sociedad el problema de la salud mental de los ciudadanos, que deriva frecuentemente –y bien lo sabemos en nuestra tarea en el Teléfono de la Esperanza– en situaciones depresivas y pensamientos suicidas. La pandemia ha agravado el tema de las enfermedades mentales y sus consecuencias para las relaciones humanas y (…)
Lirios otra vez
[dropcap]C[/dropcap]ada año espero con ansiedad el irrumpir de mayo. El huerto se me llena de matas y de flores y agradecida me devuelve la tierra sus mejores frutos. Pero la aparición mas anhelada es la flor de los lirios. Los tengo de todos los colores. Donde hallo alguna tonalidad que no poseo pido o comparto según la circunstancia.
“A sufrir viene una…”
[dropcap]E[/dropcap]s la frase preferida de una feligresa muy católica, hija de aquella religiosidad del pasado siglo que tanto marcó con su moral negativa y castigadora. Una buena mujer que todavía vive aquellos rasgos de miedo, pecado y rigorismo que tanto predicaban los pastores de antaño. Su práctica de aquel catolicismo no le ha ayudado a ser más feliz y positiva, se irá sin haber descubierto la alegría pascual y la vocación a la felicidad que tenemos los seguidores de Jesús.