[dropcap]E[/dropcap]n el momento que hay producción del sujeto psíquico es porque hay un trabajo con el deseo en el que ha mediado irremediablemente la angustia, ya que para que el deseo sea producción tiene que haber castración, de lo contrario estaríamos ante un goce fálico sin castración y sin producción del sujeto y, como sabemos, en el sujeto psíquico no hay nada sin deseo, será este el motor inagotable y a la vez inalcanzable, ya que ese primer deseo no será sino una huella alucinatoria a la que no seremos capaces de llegar, pero que estamos abocados irrepetiblemente a buscar esa primera experiencia de satisfacción que fue reprimida, que fue sexual y que fue infantil .
El deseo entonces como motor, como reprimido, como negado siendo esta una forma de represión, motor porque es el que mueve la maquinaria psíquica, reprimido porque la represión es fundante en el sujeto marcando esa línea divisoria entre lo consciente y lo inconsciente y, además, impermeable en el sentido que nunca se accede de la conciencia al inconsciente, se sabe de este último por las pistas, lapsus, chistes, actos fallidos etc..
Negado, siendo esta como dije una forma de represión en el sentido de que es mediante esta negación que expreso de algún modo en la conciencia ese material reprimido e inconsciente.
El deseo también como deseo de los otros para que sea en mí, porque mi madre deseó que yo saliera adelante y no me muriera cuando bebé, que me acunó, me meció, que me dio de comer y luego deseó que fuera…
El deseo se genera entre las palabras pero no está en las palabras, el deseo está en lo que digo del deseo, pero lo que digo del deseo ya no es deseo, está en mi relato, pero mi relato dice de mi deseo pero no es mi deseo, ya que como apuntamos anteriormente aunque dice de mi deseo no es mi deseo ya que mi deseo es inconsciente, sexual infantil y reprimido. La interpretación por otro lado me acercará a ese deseo pero también con un límite teórico, con un ombligo del sueño. Es en análisis cuando es posible la construcción del sujeto psíquico, desear también es un camino a recorrer, a trabajar que lo permite el análisis, camino que es siempre en la palabra, después de hablar de escribir. Uno puede aprender a desear .
M.Carmen García Mateos 651831296
Psicóloga –psicoanalista de la Escuela Grupo Cero
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