Opinión

Títeres

 

“El tribunal estima, en uno de los considerandos de la sentencia, que la frase soez, grosera y despreciativa, escrita por el inculpado en la dedicatoria de un libro suyo, contra el Sumo Hacedor, claramente tipificaría su actuar como constitutiva del delito de blasfemia comprendido en el artículo 239 del Código Penal, al haberse producido una acción injuriosa contra Dios, pues por tal es tenida la imprecación proferida por el inculpado, sin que pueda desvirtuarla la alegación de ir referida a la figura mítico-literaria del dios pan, toda vez que a ello se opone el propio contenido de la frase, la precisión lógica dimanante de su profesión de escritor, la reflexión inherente a un texto escrito y ser ilógico que quien cuidó omitir una vocal en la palabra “Patra” para, claramente aludir a concepto distinto de la “patria” olvidase adjetivar la figura mítico-literaria invocada…” (EL DIARIO VASCO, San Sebastián, 30 de septiembre de 1967).

 

 
Hay hilos que unen tramas, e hilos que mueven marionetas. O se si prefiere decirlo de otra forma: las tramas y sus hilos engendran títeres, que a veces se enredan en sus propios hilos.
Gobierno títere, o político títere, o presidente títere, o candidato títere, o fiscal títere, son también expresiones acertadas, de mucho uso y verdad, que incorporan al escenario político y judicial los modos y mecanismos de la tramoya teatral. Este sí es teatro para todos los públicos. Y gratis.
Otra expresión que va cobrando fuerza en nuestro momento político actual -tan triste- en que las tramas brotan como hongos a impulsos del trabajo ingente y decente de la judicatura (que aún queda), es la de organización criminal. Podemos ver que esta expresión –organización criminal- se repite en las innumerables noticias que dan cuenta de las acciones de una justicia que parece haberse puesto el traje de faena contra las tramas de corrupción. Tramas que un día tras otro se descubren y diseccionan, exponiendo a la luz (ante el anfiteatro anatómico de los atribulados ciudadanos) el tejido contaminado y supurante de nuestro sistema gangrenado. Que sea este el principio de su salud.
[pull_quote_left]Entre Bárcenas y Rajoy es difícil decir quién está en manos de quién[/pull_quote_left]Los hilos de estas tramas de corrupción (organizaciones criminales) conectan extremos y polos muchas veces intercambiables, donde es difícil distinguir cual es el polo positivo y cual el negativo, quien es el títere y quien el titiritero, y en qué sentido fluye la corriente. Así por ejemplo en el intercambio de mensajes entre Bárcenas y Rajoy, en que el primero reclamaba por lo suyo (cariño, protección y amparo) y el segundo le deseaba fuerza y paciencia en su nuevo destino, es difícil decir quién mueve los hilos, o dicho de otro modo, quien está en manos de quién.
Y esta misma situación es la que vemos repetirse una y otra vez a lo largo de toda la cadena de casos protagonizados por el partido del gobierno (en funciones, menos mal), cuyo último eslabón es quizás y solo de momento Rita Barberá, pero que mañana será otro protagonista distinto pero igual y de la misma cofradía, sin verse el fin de la secuencia porque el fin está en el principio, y el hilo en el medio.

Tal que si uno tuviera paciencia, vista profunda, y tiempo suficiente para esperar el regreso de un rayo de luz reflejado por nuestro ciego cogote en viaje sin freno al universo profundo, acabaría contemplando la cara oculta de su propio cráneo, y el yo secreto de su superyó teatral. Pues algo así le ocurre al partido del gobierno.
Frente a la corrupción flagrante y ubicua, de bajo lodazal y alto despacho: silencios, miedos, aforamientos y enroques. En definitiva, hilos temblorosos conectados por la mala conciencia, que difícilmente pueden sostener la estabilidad, el orgullo y la dignidad de un país, como no sea cual víctima atrapada en una tela de araña.
Y esto en el patio de Monipodio de andar por casa, que si nos elevamos por extrapolación al ancho mundo, convencidos estamos muchos de que nuestros gobiernos “serios” (sobre todo los serios) son meros títeres de las grandes corporaciones y golfos de la City, que a la velocidad del rayo rentabilizan una estafa mientras disparan otra que llaman crisis.
[pull_quote_left]El episodio reciente de los titiriteros ha sido aprovechado por quienes defienden montajes de mayor obscenidad y más plausible delito[/pull_quote_left]El episodio reciente de los titiriteros encarcelados (estos no están aforados) por una obra de ficción -La bruja y Don Cristóbal- representada en el barrio de Tetuán de Madrid, en la que todo parece indicar que ni el argumento ni las escenas eran propias de un público infantil, de lo cual se advirtió, según parece, demasiado tarde, y cuyo contenido y relato –como ocurre en el arte- va en gustos y libertades, ha sido aprovechado por quienes, amigos de la poca libertad y del mucho secreto, silencian y defienden montajes de mayor obscenidad y más plausible delito, y nos trae de nuevo aromas rancios de fogones ya clausurados por falta de higiene.
Uno no puede por menos de recordar ante este encarcelamiento tan poco meditado y contrario al discurrir de la historia, otros episodios similares de una época que creíamos haber dejado atrás. Por poner un ejemplo: el encarcelamiento y juicio de Fernando Arrabal en 1967 por blasfemias e insultos a la patria en la dedicatoria de uno de sus libros.
Al parecer Arrabal había escrito en la dedicatoria del libro: “Me cago en Dios, la patra (por error) y todo lo demás”. Su proceso, que motivó la protesta de gente como Vicente Aleixandre, Camilo José Cela, Milan Kundera, Ionesco, o Samuel Beckett (entre otros muchos), lista suficiente para poner en evidencia y vergüenza a cualquier régimen y país, derivó como no podía ser menos, estando Arrabal por medio, en un proceso absurdo y una auténtica celebración de la ceremonia de la confusión, como puede confirmarse por la cita que encabeza este artículo.
Cuenta Luce Moreau, mujer de Arrabal, que Vicente Aleixandre (bastante sordo por otra parte) tuvo que contar ante el Tribunal de Orden Público, que Arrabal tenía una gata llamada Cleopatra (la “Patra”), que explicaría la desastrada dedicatoria y cerraría el círculo argumental y exculpatorio abierto por el dios pan.
En resumen: demos al Cesar lo que es del Cesar, y a los niños y al dios pan lo que es propio del juego y el arte.
Posdata: Fernando Arrabal, absuelto por el Tribunal de Orden Público http://w390w.gipuzkoa.net/WAS/CORP/DKPPrensaHistoricaWEB/getImageServlet.do?imagen&id={FD7E6A09-37D8-4142-A2BD-051BD99EBAC4}
Imprescindibles: Tohu Bohu / Fernando Arrabal http://www.rtve.es/alacarta/videos/imprescindibles/imprescindibles-fernando-arrabal/3413939/
Carta al General Franco de Fernando Arrabal en 1971 http://www.erroreshistoricos.com/curiosidades-historicas/documentos-historicos/1267-carta-al-general-franco-de-fernando-arrabal-en-1971.html

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