El PP veta la ley contra la memoria histórica que impulsó con Vox

Gallardo ve como un “punto de inflexión” el ‘no’ del PP a la ley de concordia y cree va a ser "muy complicado” alcanzar acuerdos
La votación de la ley de concordia en Las Cortes de CyL. (Ical)

El pleno de las Cortes de Castilla y León dejó caer este miércoles la toma en consideración de la proposición de ley de concordia, con los votos en contra de PP, uno de los firmantes de la iniciativa, y toda la oposición, excepto la de Vox, anterior socio de los ‘populares’, que se quedó solo en su defensa.

Ical.- El Grupo Popular, que ya había avanzado el voto en contra, renunció a la presentación y cerró el debate con el turno para fijar posición en la que apeló a la prudencia ante un previsible recurso del Gobierno, como ocurrió con la norma de Aragón, y aludió a la “pinza” Vox PSOE y a “la presencia de un nuevo idilio”, en palabras de Óscar Reguera.

Juan García-Gallardo, que presentó la PPL ante el hemiciclo, rechazó que exista una “pinza” y subrayó que ha sido el PP quien, después de pactar y presentar la ley con su partido, ha votado junto al PSOE y el resto de la oposición. El portavoz de Vox avisó al presidente de la Junta, a quien acusó de no tener “palabra ni honor”, que gobierna en minoría y avanzó “una oposición más firme y contundente”. “Pensaban que sus incumplimientos les iban a salir gratis, no se equivoquen”, espetó.

García-Gallardo aseguró que el ‘no’ del PP a la tramitación de la proposición de ley de concordia es un “punto de inflexión” en su relación con sus antiguos socios de gobierno y añadió que a partir de ahora se pone “difícil” y “muy cuesta arriba” poder alcanzar nuevos acuerdos, más aún cuando señaló los ‘populares’ los califican de partido “extremista”. 

Apuntó que harán una oposición “contundente”, “responsable” y “cumpliendo los compromisos con los votantes”, aunque siempre protegiendo -dijo- el ”bien común» y el “interés general” de la Comunidad. 

En ese sentido, el portavoz de Vox señaló que a pesar de las “patadas en las espinillas”, las “zancadillas” o “maniobras raras”, su partido tiene “voluntad real” para llegar a acuerdos, si bien argumentó que el PP “parece que está a otra cosa”, una vez que en su opinión ha emprendido un camino que añadió deberá explicar a la Comunidad y a sus votantes. A su juicio, se trata de una estrategia “equivocada” porque pretende «contentar a los dirigentes socialistas”. 

“La iniciativa muere hoy aquí, los que más contentos nos vamos somos los socialistas”, afirmó Luis Tudanca, que dio réplica a García-Gallardo con argumentos en los que reprobó una norma en la que se equipara a víctimas con verdugos y a la democracia con la dictadura.

El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, estuvo ausente del escaño durante el debate y en el banco azul solo le siguieron los consejeros Juan Carlos Suárez-Quiñones, Alejandro Vázquez y Leticia García. Tampoco estuvo en su asiento el portavoz del PP, Ricardo Gavilanes. Las ausencias fueron afeadas por algunos portavoces que incluso reconocieron a los que sí estaban en la bancada.

Ni odio ni revancha

García-Gallardo denunció “la maniobra” del PP al pedir un informe al Consejo Consultivo cuando no es preceptivo ni hay antecedente y preguntó que sí tenían dudas por qué la negociaron y registraron de manera conjunta y por qué la Junta no puso ninguna objeción de legalidad. “Tendrán que dar las explicaciones de una ley pactada”, aseveró en relación al rechazo ahora de tramitar la norma.

El dirigente de Vox afirmó que la llamada memoria histórica “criminaliza las versiones que no sean de izquierda” y defendió que las nuevas generaciones tienen que conocer la verdad de lo ocurrido durante la II República, donde manifestó que el PSOE estuvo “detrás” de “la insurrección violenta” en 1934 con la que indicó que terminó Francisco Franco.

“Vox no quiere recuperar un régimen autoritario, sino que gobierne un auténtico sistema democrático”, afirmó, para argumentar que la norma propuesta se plantea “por amor a España y para recuperar el abrazo de la transición no por odio ni revancha”.

En su turno, preguntó qué pasó en España para que la Iglesia apoyara a Franco y para que éste muriera “en la cama”, para insistir en “acercarse a los hechos históricos con la mirada limpia” a través de esta ley ”necesaria y justa», con la que remarcó que se trataba de proteger a todas las víctimas desde 1931 hasta la transición.

Bochorno y ridículo

Sobre la pinza, Tudanca afirmó que es “la que se puso el PP para gobernar con la extrema derecha”, manifestó que el PSOE “sigue en el mismo sitio, en el lado de los derechos y libertades, de todas las víctimas de la guerra y la dictadura” y en contra de todos los discursos de “la extrema derecha”.

Además, recordó que pidió al presidente la retirada de esta ley con lo que, de haberle hecho caso, habrían evitado este “bochorno y ridículo”, preguntó por qué piden ahora un informe al Consultivo si la norma era legal y subrayó que no estaban dispuestos a dejar el asunto parado, sino que se tenían que “retratar”. “Hoy cerraremos una página negra de la historia de Mañueco, gracias al PSOE, aquí uno se retrata, no hay matices”, zanjó.

Francisco Igea argumentó que esta norma no ha venido a traer “concordia, sino discordia con el apoyo del Partido Popular”, lo que equiparó con el decreto de memoria democrática de 2018 que, en su opinión, ha ayudado a la reparación de las víctimas con la exhumaciones. También, el procurador de Por Ávila, Pedro Pascual, lamentó que no se busque el acuerdo al avanzar el voto en contra de la toma en consideración. 

“Nunca he estado tan orgulloso de votar no a una ley que es una basura y un excremento, que lleva la firma de PP y Vox y no lo vamos a olvidar”, confesó Pablo Fernández (Unidas Podemos), que subrayó que esta “reverenda basura” pretendía equiparar a las víctimas con los torturadores y la democracia con la dictadura. “Verdad, justicia y reparación”, zanjó, tras citar a José Saramago.

El leonesista Luis Mariano Santos, desde el pragmatismo como político, afeó a Vox que no hablaran con todos los grupos antes de presentar la proposición de ley y estimó que una vez roto el pacto podían haber renunciado a debatir esta norma pero afirmó que lo han presentado en el pleno porque “les interesaba”. “No nos gusta redescribir la historia”, concluyó.

Imponer quien abandona

El popular Óscar Reguera afirmó que el PP apoya y defiende la Constitución y la concordia, pero sin imponer sus ideas, añadió que con ese fin firmó la norma en el pacto de gobierno y apeló a la coyuntura actual, así como a la prudencia para no tramitar en este momento esta ley.

Expresó el convencimiento de que el texto presentado es constitucional, observó que hay dos reglamentos estatales en elaboración y se detuvo en que la norma de Aragón está paralizada al aceptarse el recurso del Gobierno. Por ese motivo, juzgó “necesario” un informe del Consultivo, que verifique la legalidad ante la posibilidad de que el Gobierno presentara también un recurso.

“Hoy este informe parece insustituible para la tramitación, al no disponer de él, la prudencia aconseja esperar”, a lo que unió que mientras duró el Gobierno las diferencias se resolvían por la “buena voluntad de la pareja”. Se preguntó, además, sí “es sensato que quien abandona una casa quiere imponer desde la distancia sus dictados”.

“El PSOE hizo un guiño a Vox, ambos se dan el sí. Estamos en presencia de un nuevo idilio”, concluyó el popular en referencia a que en la Junta de Portavoces ambos apoyaran que la ley se debatiera en este pleno. “Tiernas y cómplices caricias, mejor que se casen, no sigan ocultando su decisión”. “Todo vale para actuar como una pinza contra el PP”, remató.

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