El papa Francisco, de 88 años, ha ingresado este viernes el hospital Policlínico Agostino Gemelli de Roma después de las 11:00 horas “para someterse a algunas pruebas diagnósticas” y “continuar su tratamiento contra la bronquitis”, que se le diagnosticó hace días y “que sigue en curso”, según se informa desde El Vaticano.
Por ello, su agenda de actividades ha quedado cancelada hasta el lunes, de manera que se posponen su primera visita a los estudios cinematográficos de Cinecittà y su audiencia del Jubileo del sábado. Tampoco celebrará la misa del domingo en San Pedro, de la que se encargará el cardenal portugués José Tolentino de Mendonça.
Antes del ingreso, el Pontífice ha desempeñado su trabajo con normalidad, e incluso ha mantenido cinco audiencias, entre ellas, con el primer ministro eslovaco, Robert Fico. Fuentes cercanas El Vaticano confirman que su estado de debilidad era evidente en los últimos días, y que parecía cansado, e incluso presentaba inflamación del rostro debido al tratamiento de cortisona que toma para su infección respiratoria, que él mismo dio a conocer este miércoles.
Así, durante su homilía, confesó presentar “un fuerte resfriado” y, este domingo, optó por no leer su discurso al tener “dificultad para respirar” (un colaborador presentó el texto). Este miércoles, también encargó su lectura a otro religioso. “Yo, con mi bronquitis no puedo todavía”, explicó.