Estoy celebrando este año, junto con otros hermanos sacerdotes, mis bodas de oro como cura en esta diócesis de Salamanca. Yo estrené mi servicio ministerial con la llegada de la democracia y la transición. Se respiraba una cierta esperanza dentro de la Iglesia, recién finalizado el Concilio Vaticano II y con los nuevos tiempos que empezaban en nuestra sociedad.
Mi servicio pastoral ha transcurrido atendiendo a pequeños pueblos, siempre desde la sencillez y cercanía de gente humilde, rural y colaboradora con la vida parroquial. Comunidades anquilosadas en una religiosidad poco evangelizadora y comprometida con las realidades de nuestro mundo actual y con unos creyentes mayores acostumbrados a una fe tradicional y clericalizada.
Mi postura y tarea personal ha sido siempre renovar con el espíritu de un nuevo tiempo la vida cristiana de los practicantes y de los escasos grupos que fui encontrando, evangelizar estando cerca de los más alejados, favoreciendo el diálogo fe y cultura, luchando por una iglesia más humana y liberadora. Con conciencia clara de que era un pastor que sabía a dónde conducir a mis ovejas hacia fecundos y felices pastos (otra cosa era si el rebaño se dejaba llevar…)
Mis mayores dificultades surgían siempre por parte de aquellos que no ven nunca bien todo lo que sea creatividad, cambios estructurales, recursos y métodos nuevos, aires renovadores, puesta a punto de la fe, de la teología y de la moral en sintonía con los nuevos valores y estilos del mundo contemporáneo. Aquellos que se empeñan en meter a los curas y a los creyentes en las sacristías.
Soy de natural optimista y con mucho sentido del humor que me ha ayudado mucho a mantenerme fiel a mis principios aunque la mayoría de las veces me quedase solo en el empeño de cambiar los estilos y circunstancias. A pesar de todo he tenido siempre fieles colaboradores en mi trabajo (casi todas mujeres serviciales y generosas…) Nos contagiábamos mutuamente de constancia, alegría y felicidad. Y aunque no consiguiese en todos estos años cambiar mucho los ambientes y las personas que me fueron encomendados, sí que logré que ellas no me cambiasen a mí.
Me preguntaba un amigo estos días si volvería a comprometerme con esta vocación y esta entrega. Le respondí enseguida que tendría que pensármelo despacio. Y no es porque como en el caso de los matrimonios el roce del amor se va enfriando y adquiriendo otros matices… sino sobre todo porque lo que viene en la actualidad está muy alejado de aquellos nobles ideales que calentaron nuestros corazones.
No creo que Jesucristo esté muy de acuerdo con el giro que está tomando el estamento eclesial actual. Yo desde luego tampoco. Tengo la sensación de haber luchado y trabajado por un ideal humano y espiritual que ahora no interesa como en aquellos principios de los años 70.
Hoy ha vuelto un tradicionalismo nacionalcatolicista centrado en teologías y religosidades muy de épocas pasadas, donde una falsa espiritualidad centra todo en actitudes y proyectos que nada dicen ni animan a las personas de nuestra sociedad y de nuestro tiempo. Si en aquellos años el ochenta y tantos por ciento se declaraba creyente y practicante, ahora no pasamos de un cuarenta por ciento y todavía menos en las generaciones más jóvenes.
Pero la historia continúa. Sin considerarme imprescindible y reconociendo mi parte de culpa en la situación de desafección actual he contribuido junto con otros muchos- a una vida más humana y feliz de personas y comunidades. Cincuenta años son mucho de todo.
Cincuenta años son mucho de amor. Gracias por todo lo que he recibido y gracias por todos los que me han acompañado y ayudado.
12 comentarios en «50 Años… es algo»
Millones de gracias por todo lo recibido de ti, durante todo este tiempo. Y que continues a riéndote con nosotros.
Felicidades y Enhorabuena porque en los tiempos que corren…
Me alegro mucho de tus logros en estos 50 años. Deseando poder seguir compartiendo.
Pocas palabras pero muy claras
Tu tambien das mucho
Enhorabuena por tus 50 y por el trabajo e ilusión
«A pesar de todo he tenido siempre fieles colaboradores en mi trabajo (casi todas mujeres serviciales y generosas…)»…
Me preguntaba, si quizá, mujeres inteligentes e impulsoras con criterio y llenas de fortaleza para actuar con determinación.
«Serviciales y generosas» ha solido describir a las mujeres que se observan y consideran en un segundo plano. Suena «viejuno, a desigualdad».
Pocas palabras pero muy claras
Tu tambien das mucho
Enhorabuena por tus 50 y por el trabajo e ilusión
FELICIDADES por tu perseverancia. Has abierto caminos y Dios dirá, como se suele decir. Gracias por tu disponibilidad y buen humor. Que tú gran sensibilidad y acogida siga entusiasmando a los que a ti se aproximan y se despidan con la esperanza necesaria para seguir caminando.
Muchísimas gracias por tanto cómo has dado, has hecho felices a muchas personas estando cerca del que más te necesitaba eso está escrito allí arriba. Enhorabuena por estos 50 años de Ministerio que Dios siga dándote mucha salud y humor para seguir guía do este rebaño.
Muchas Felicidades por tus 50 Años de dedicación y entrega a los demás, y creo que algo habrá cambiado en el recorrido.
Que tengas Salud para seguir en el cambio.
Gracias por enseñarnos nuestra humanidad y mucho más allá, el espiritu que cada uno tenemos. Enhorabuena, felicidades por esos 50 años, te deseamos salud para que tu estar ahí para quien te necesita siga por mucho tiempo.
Me alegro mucho de que nadie te haya cambiado, sigue siendo tu
Gracias
Te conozco hace poco tiempo, pero he observado tu alta inteligencia y cultura. Lo importante es que las has entregado en una acertada dirección apostólica y humana.
Gracias y enhorabuena.