[dropcap]O[/dropcap]ro. Ser oro puro. Hacerse de oro. El tiempo es oro. No es oro todo lo que reluce. Como los chorros del oro. Donde el oro habla, la lengua calla…
[dropcap]S[/dropcap]i puedes, solo si puedes, imagina algo nuevo. Lo siento, quizá te frustres, no podrás. Casi nadie puede. El casi es un por si acaso, un aunque no lo creo. Nota de no sea qué. Espera, no desesperes. No es tu culpa, es de tu tiempo. No de lo que haces con él, del que te ha tocado. El imaginar algo nuevo se agotó. Aquella fuente se secó.
– Bienvenidos niños y niñas de ayer y de hoy una semana más a éste nuestro programa… ¡Adivina la película! en el que refrescamos grandes temazos que son o fueron banda sonora de grandes filmes de la filmatografía. En ésta cita, como no podría ser de otra manera, que ya nos conocéis os vamos a proponer no una canción, es mucho más, un auténtico hit. ¡Ooooooouyeah!
[dropcap]No [/dropcap] puedo no sumarme. Habituados ya al veranito, el asuetito, la celebracioncita, la copita, la verbenita, ¿qué tal una tirita? Nosotros, digamos miembros de esta honorable sociedad que fomenta la tradición, con especial hincapié en lo relativo al festejo, no solo nos dejamos llevar sino que participamos activamente en estos jocosos días de colorido y dispar uniforme con personas puestas por dentro. ¿Qué más se puede pedir? ¿Qué es lo que no puede faltar? ¿Qué es lo que hace que una fiesta sea una fiesta como Dios manda? Seguro que lo tienes en la punta de la lengua.
[dropcap]¿Se puede?[/dropcap] ¿Es posible dejar de ser lo que se es? ¿Y lo que se cree ser? No te fíes de lo que pueda acomodársete sobre el papel, es demasiado buen aliado. Acepta todo argumento que pueda llegar a sugerir la imaginación. Permite decir y desdecir cualquier afirmación que brille allá al fondo. Mira que simple; de ahora en adelante yo…
[dropcap]S[/dropcap]in tener una urgente necesidad por nada en concreto, me urgí a enlazar el teléfono, el ordenador, la tele y el altavoz. Me pareció necesario hacerlo porque podía hacerlo. Porque se dará la circunstancia, por lanzar una imagen a una pantalla más grande que la original, por facilitar la tarea a cualquier ojo ajeno, por hacerla mayor.
¿Quién es la más bella del reino? Y me deja la responsabilidad de su buen o mal rollo del día, como si fuera cosa mía…
[dropcap]M[/dropcap]ira que me gustó el concepto de zona de confort cuando lo descubrí. Me pareció fascinante cuando lo comprendí e interioricé (no basta con saber de su existencia). Aquel estudio de geniales paradigmas para balizar al individuo tales como la inteligencia emocional, la metodología sistémica, la programación neurolingüística, el análisis transaccional y demás ayudaron. Cuando el alumno osa hacer crítica de la labor del maestro… Que así sea, de lo contrario cada vez sabríamos menos.
[dropcap]A[/dropcap]ntes se presentaban en papel desplegable. Esas guías de viaje que ocupaban toda la guantera y que hacían necesaria la colaboración del piloto. Una serie de trazos, gráficos, líneas y colores, moteadas con leyendas e iconos. Guías de viaje, contenedores de silenciosos pistas y tesoros. Con anexos para la quietud. Indicaciones para llenar el estómago y la vista, donde llenar la despensa para la segura próxima hibernación.
¿Te sabes el cuento de la lechera? Fijo. Te refresco la memoria, va de una muchachita (toma nota) que dice, ¡anda! Estoy llevando leche de un sitio para otro, que me matan las cervicales ya de lo que pesa por una miseria y no me sale a cuenta por lo que me paga el señor lechero y él se lo lleva crudo. Se acabó. Me voy a hacer autónoma. Recordarás que, de tanto ir pensando en hacer grandes sus pequeñas pepitas de oro, no vio una piedra en el camino (lógico, se trata de un camino), se tropezó y cayeron desplomados al firme, el cántaro, la leche y sus sueños. Fin.