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Opinión

Funambulesco

Idus de marzo.

[dropcap]D[/dropcap]e las conversaciones entre el Padre y el hijo, sabrá el Espíritu Santo, y de las conversaciones entre González y Sánchez sabrá algún dron de la CIA, pero el artefacto informativo puesto en pie por González con ocasión de estas vísperas sicilianas socialistas (el pistoletazo de salida para el golpe de mano), es de un funambulismo infumable y grotesco. Aquí las artes del expresidente han tocado suelo.

Me recuerda aquellas patrañas sobre crímenes rituales de niños cristianos por parte de judíos, que eran la antesala segura de carnicerías y saqueos inminentes.

Ocurre que ya antes de aquella conversación privada, en el batiburrillo mediático circulaba el rumor a voces de aquel plan como cosa segura: el plan del establishment era que, para disimular y que no se notara tanto el apoyo (del PSOE) al régimen de corrupción que representa Rajoy, y a la política austericida que ordena y le viene bien a Merkel, había que estirar la farsa un poco, porque el paso del tiempo distrae mucho al personal y todo lo cura.

Así que en una primera fase o acto de esa farsa ingeniosa y astuta se daría un No a Rajoy en la investidura, que luego se trasformaría en un Sí bajo la fórmula hipócrita y vergonzante de la abstención.

Por supuesto, entre los patrocinadores de esa farsa estaba González, que incluso había propuesto y apostado por fórmulas más drásticas y directas, como la Gran Coalición.

Si estos pródromos y este contexto preparatorio los ponemos en relación con la conversación privada hecha pública indiscretamente (y de forma tan poco elegante) por González, hay que deducir que en este caso el huevo incubado por tantos fue anterior a la gallina pecadora y ponedora, y que al menos yo me imagino mejor a González (y a los que están detrás de él) intentando convencer (y no sólo en esa ocasión) a Sánchez de la oportunidad de esa farsa, tan favorable a Rajoy, que al contrario. Se dijera lo que se dijera en aquella conversación, ese era el trasfondo.

A poco que uno haya estudiado algún que otro golpe de Estado, o leído a los teóricos de su técnica, sabe que la fase preparatoria -de la que el infundio es parte esencial- es capítulo y etapa que los golpistas no se pueden saltar.

¿Motivos para la melancolía?
En este país suelen triunfar los golpistas.

Como suele decirse en términos gráficos, en este episodio -ya histórico- muchos se han retratado.

— oOo —

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