[dropcap]L[/dropcap]o opuesto se atrae. ¿Alguna vez has jugado con imanes? Lo contrario de nada es todo. ¿Se atraerán entonces una cosa y la otra y viceversa y al revés? Todo y nada. Indisolublemente ligados, como la noche y el día, como el invierno y el verano, como el yin y el yang.
Pobrecita Nadidad, con la de cosas buenas que nos ofrece y tan frecuentemente arrinconada en el altillo o en el cuarto de los trastos. Bajo llave para mantener a buen recaudo su vertiginosa oferta. Navidad, el único momento, la única situación en que podemos aspirar a todo. Yin yang canta el timbre…
La Nada es un concepto tan complejo y profundo que ni tipos del perfil de Descartes o Heidegger o Sartre han sido capaces de articular una definición última de fácil comprensión y a pesar de ello, nos valemos de esa idea con certera soltura profesional en prácticamente cualquier contexto. La cosificamos sin problema al buscar en un cajón vacío, cuando mostramos una palma desnuda o describiendo un lugar en el que hay poco más que unas sillas alrededor de una mesa en un recinto protegido por un muro cuya cara exterior, es la interior para un vecino grupo de curiosas cabras.
En un transgresor experimento sociológico, 8 de los mejores individuos de una generación que formaban parte de un gerundio (en concreto, viviendo), fueron encerrados sin cometer delito alguno. Tardaron apenas 48 horas en fugarse de la mansión en la que se encontraban recluidos y hoy, viven como personas con fortuna. Por cierto, si tienes algún problema y te los encuentras, quizá puedas contratarlos, pero eso es otra serie.
Durante el breve período que permanecieron en ese medio de ninguna parte, tenían que responder coherentemente al siguiente mandato: Disfrutar de una feliz Nadidad. Una vez fuera (optaron por salir por la entrada de acceso que en ningún momento estuvo cerrada), todos los participantes afirmaron que la experiencia había sido plenamente satisfactoria y se mostraron interesados en repetir el proceso en futuras ocasiones.
Se extrajeron ricas y variopintas conclusiones de la dinámica grupal una vez analizados los datos que arrojó la actividad. A mí me llama poderosamente la atención una que hizo saltar por los aires la básica y, ahora evidentemente pobre idea, que yo tenía acerca de la ley física del magnetismo. Contaba como absurdo discutir la afirmación de que los polos opuestos se atraen y los iguales se repelen y no es así. Al menos no en todos los casos.
Durante el experimento, en este aspecto concreto que quiero compartir contigo, la res teológica enseñó bíceps y mejor adaptación a la realidad superando a la científica, que sólo pudo agarrarse al ejemplo de conflicto magnético que se da en zonas como el Triángulo de las Bermudas. Ganó el Dios los cría y ellos se juntan.
Con nada, todo. Perderse, fantástica forma de encontrarse. Encerrarse, siempre con la puerta de par en par. Y con Ortega.
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