¿Te hace que escribamos a medias la columna de esta semana?
Aportaré la mitad de agua que de costumbre para que puedas invertir los sorbos que te ahorrarás al tomárla en terminarla, si quieres puedes hacerlo de cabeza, sin boli ni tecla. El sabor será más intenso y los beneficios irán a medias, te lo prometo.
A ver si logramos generar eso que sucede cuando una obviedad, si se concentra de forma súbita, adquiere una dimensión y trascendencia distintas. Sí, algo que por conocido, por cotidiano, termina por aguarse, deja de manchar la taza. Un segundo en lo que busco algo que pueda utilizar como ejemplo… ¿Respirar? ¿Puede valer?
Ya tenemos el café listo, acércate a la barra por favor. Imagina que encuentras un pedazo de papel que alguien te ha dejado con un sencillo mensaje presentado (por dramatizar un poco más) en mayúsculas:
TENEMOS – QUE – HABLAR
Escoge tú el entorno y contexto que más te apetezca. Ese mismo, ese, ese es perfecto. Presta atención a la primera idea que se te acaba de pasar por la cabeza.
¿Quién te ha dejado la nota y de qué crees que tienes que hablar? Ah, si ves que no debes esconderte más, procede.
A partir de aquí, tu mitad.
Saludos.
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