Pueden escuchar la guitarra de Rafael de Dios junto a la Catedral. Empezó a tocar en la calle con un grupo de amigos a principios de los años ochenta, después tuvo un paréntesis motivado por las cuestiones laborales y, por esos avatares de la vida, volvió a sentarse con su guitarra en la calle y hacer que la contemplación de las fachadas de la Catedral tengan banda sonora o música en directo… depende de lo que se remueva por dentro al que mira y escucha. Tiene mucho arte y sentimiento.
Rafael es autodidacta y disciplinado...
Sí. No he ido a un conservatorio, pero he escuchado mucha música. Hace años les dejaba la guitarra a los gitanos y veía como tocaban bulerías, sones, los cantes de Camarón…
¿En Salamanca?
Sí. Y, cuando me iba a la cama, los reproducía mientras me dormía. Los escuchaba y ellos me enseñaban un poco. He aprendido a base de sentimientos y esfuerzo.
Y si estamos bien informados, hubo un poquito de mala pata, en sentido literal.
Sí, al igual que cuando tenía 14 años tuve que dejar el fútbol y me enganché a la guitarra que había en casa, a la que le faltaba una cuerda y mi padre dijo, hay que ponérsela.
Espere. ¿Le pasó lo mismo que a Julio Iglesias?
(Risas) Sí, Julio y yo somos igual de españoles, truhanes…
¿No fue la única vez que lo salvó la guitarra de las largas horas de convalecencia?
No. Creo que antes te referías a esta mala pata, porque me rompí un tobillo, no me podía moverme y comencé a investigar por internet, allá por el 2004. Se abrió para mí un mundo. Había vídeos de Paco de Lucía que me entusiasmaron. Y trabajando mucho con la guitarra, fui consiguiendo mejorar mi técnica. Llegué a tener un gran dolor en mi muñeca izquierda.
Tuvo de maestro al maestro…
Sí. Me metí en los foros relacionados con Paco de Lucía y con tuve mucha constancia. Venía de trabajar a las seis de la tarde y no lo dejaba hasta las diez. Al cabo de unos años, cerró Nachi, donde trabajaba, y yo ya llegaba con la guitarra unos años, incluso me había aventurado a tocar en la calle poniendo la maleta y vi que se sacaba dinero. Compré un amplificador, pensé que si me faltaba trabajo, siempre podía ganarme la vida tocando en la calle.
Lo está haciendo.
Sí, tocando temas de Paco de Lucía, El Niño Miguel… He sacado temas con bastante esfuerzo. Algunos de ellos ya no los puedo tocar, por mucho que me gusten, como las Guajiras de Lucía o la Percusión flamenca. Pero, otros sigo tocándolos. Lo que he hecho es adentrarme en otras músicas, como jazz, blues, bossa nova, la clásica… También he compuesto música, como un tema que le dedico al Huerto de Calisto y Melibea o a mi nieto.
¿Cuánto le ha enseñado la calle?
Muchísimo. Es la mejor Universidad que hay. Ves a la personas como somos en la realidad. No hay hipocresía. Ves a la gente como es, en su estado natural. Los que valen de verdad, los que son falsos, los que te miran por encima del hombre o los que, al contrario, se acercan y te respetan. Esa es la que interesa.
¿Recuerda la primera vez que se puso a tocar por dinero en la calle?
Hace muchos años. No tenía amplificador, toqué y al volver a casa, mi mujer, que desgraciadamente murió de cáncer, me dijo: ‘¡Hala, Rafa!’. Por lo que pensé: ‘Si ya tengo un repertorio y un nivel…’ Y, seguí. Disfruto mucho tocando en la calle. Me monto mis películas cuando estoy tocando.
¿Se ha acercado a usted algún ‘cazatalentos’?
Mejor aún, encontré el amor. Esther –Rivas Cabero- me escuchaba en la distancia, porque es muy tímida. Recuerdo que me compró un disco al principio de tocar en la calle. Pero, pasaron muchos años, hasta agosto de 2023 cuando nos hicimos pareja. Ella me ha hecho sentir como un artista. Me inspira tanto que le he compuesto un tema. Ella dice que podía ser mi representante. (Risas)
Esther Rivas Cabero: Es muy bueno. Lo que le gusta es esto. No tiene ambiciones de tocar en otros lugares.
Rafael de Dios. Sí he tocado conciertos. He estado en coros rocieros, ganas dinero en los festejos, pero te cansas, porque siempre tienes que tocar lo mismo. El escenario es más difícil. La calle es mucho más bonita.

En su caso, tiene un bonito escenario.
Sí. En la fachada de la Epifanía, en la Catedral. Me conozco toda la historia, porque las guías se las cuentan a los turistas… lo de los 240 años que tardaron en acabar la Catedral y los distintos estilos. (Risas)
Es un rincón frío…
Hace frío incluso cuando hace bueno. Si toco ahí es porque me encuentro bien.
¿Da vértigo sentarse o la guitarra es un buen escudo?
Si no hubiera sido por la guitarra no sé qué hubiera pasado. Para mí es más que una terapia. Al principio me daba vergüenza, pero al cabo de unos meses, digo: ‘¡Cuántos quisieran!’ Porque muchas veces me iba para casa con una gran sensación de paz, porque había sacado todo lo que tenía dentro de mí. Además pensaba, si unos pocos, de los miles que pasan delante de mí, han disfrutado con mi música, eso también es muy satisfactorio.

¿Le dicen algo sobre su música?
Sí. Hay veces que cuando bajan de Ieronimus se acercan y me dicen que venían a Salamanca a ver la Catedral y no hubiera sido igual sin escuchar la música. Bajan, dan la vuelta, me echan una moneda o graban un vídeo y lo suben a sus redes…
¿Cómo elige el repertorio que saca cada día?
Depende de mi estado de ánimo. Normalmente, empiezo improvisando escalas y acordes. Al cabo de una hora, incorporo las bases –codes- ‘El Hijo de la Luna’, ‘Ramito de violetas’, algo de los Gipsy King…
¿Cuál es un tema que siempre toca?
Recuerdos de la Alhambra. Llevo tocándolo desde el 2006 todos los días. A veces 10 o 15 veces al día, porque tocaba entre cinco y seis horas diarias.
¡Tantas!
Sí. Unas veces lo toco más rápido, otras más lentas… Siempre lo toco. Me gusta tanto que la composición que le dediqué al Huerto de Calisto y Melibea tiene acordes similares. Una vez se acercó un hombre y me dijo que si podía grabar un vídeo, le dije que sí y está subido a Youtube.
3 comentarios en «“En la calle no hay hipocresía, ves a las personas como son”»
Toma ya!, esto es música de verdad!. Gracias chaval.
..Música de Andalucía, ni siquiera universal.
https://www.bne.es/es/blog/blog-bne/flamenco-patrimonio-humanidad-iniciacion-musica-sin-fronteras