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Opinión

En nombre del empleo

[dropcap]L[/dropcap]os datos de empleo publicados durante estos meses en la provincia de Salamanca no dejan margen para valoraciones optimistas, por más que quieran suavizar o interpretar maliciosamente nuestros políticos locales. Salamanca es la única provincia de Castilla y León donde subió el paro respecto al mes de febrero con 35.992 personas desempleadas. Los datos de contratación reflejan un abuso y uso inadecuado de contratación temporal que alcanza cifras intolerables.

Tratar de engañar comparando las cifras de afiliación a la Seguridad Social con el empleo es manipular, son estadísticas que aparentemente son iguales pero reflejan realidades diferentes, midiendo distintas variables difíciles de comparar. La relación de la bajada del número de parados no significa solamente que se cree empleo, sino que guarda también relación con el constante descenso de la población activa, mucha gente desanimadas se borran de las listas en las oficinas de empleo y otras abandonan nuestra ciudad hacia otras ciudades o países en busca de empleo. Es una realidad que la población española residente en el extranjero ha aumentado más del 40% según los datos del INE.

[pull_quote_left]El poco empleo que se crea en Salamanca es precario y de mala calidad. Son poco los empresarios que entienden el proyecto empresarial como fórmulas de cooperación y participación de los trabajadores, la realidad nos muestra a empresarios que potencian la economía sumergida como práctica empresarial de reducción de costes y el incumpliendo de todas las obligaciones fiscales y sociales[/pull_quote_left]El poco empleo que se crea en Salamanca es precario y de mala calidad. Son poco los empresarios que entienden el proyecto empresarial como fórmulas de cooperación y participación de los trabajadores, la realidad nos muestra a empresarios que potencian la economía sumergida como práctica empresarial de reducción de costes y el incumpliendo de todas las obligaciones fiscales y sociales, en algunos casos, en connivencia con el trabajador, jugando con la necesidad de éste para llevar unos euros a casa. Otros, reaccionan frente a la competitividad con pasividad, degradando las condiciones laborales ante la falta de calidad de sus productos o servicios, potenciando precariedad laboral con bajos salarios y riesgos laborales. Pero mientras esto ocurre en la empresa privada, también la precariedad se ha disparado en la Administración Pública, a través de interinidades, contratos mercantiles y fórmulas temporales de prestaciones de servicios.

¿Vale todo en nombre del empleo? Seguimos renunciando a derechos, aceptar contratos de media jornada trabajando 10 horas, trabajando gratis ante una expectativa de contrato, contratos precarios y sin futuro en un mercado laboral informal y sin control donde la ética y la moral se ha perdido. ¿Dónde está el límite?

[quote_box_right]El problema del empleo se debe abordar también desde nuestras instituciones locales y autonómica que deberían hacer del empleo el centro y objetivo número uno de todas las políticas y comprometerse[/quote_box_right]Estas políticas de precariedad en nuestro mercado laboral no son casuales, están apoyadas por reformas laborales, que suponen un modelo de crecimiento basado en bajos salarios, y empleo precario y que ponen de manifiesto la incompetencia y fracaso de este gobierno en materia de empleo. Pero el problema del empleo se debe abordar también desde nuestras instituciones locales y autonómica que deberían hacer del empleo el centro y objetivo número uno de todas las políticas y comprometerse con los problemas que verdaderamente padecen los ciudadanos de Salamanca.

Pero está claro que los únicos que no ven la situación tan crítica son nuestros políticos, no quieren una provincia con actividad, impetuosa y dinámica, sino una sociedad anodina que se pueda manejar.

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1 comentario en «En nombre del empleo»

  1. Ocurre en la empresa privada, en las administraciones y encima la Usal pierde competitividad respecto a las universidades vecinas. Así es lógico que nuestra ciudad tenga cada día menos habitantes. Si quienes tienen el poder político y económico no se mojan para impulsar proyectos de industrialización o facilitan las bases para ello, entonces ¿Qué pintan cada cuatro años ocupando cargos donde pasan desapercibidos? Lo único que les preocupa es volver a salir elegidos y todo lo que hacen está en función de esa expectativa. Habrá que pasar de políticos y confiarlo todo a la sociedad civil.

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