Opinión

Sierpes: una calle y un apellido

Calle Sierpe en Salamanca, junto al Palacio de Congresos y Exposiciones.

Salamanca como varias ciudades de España, tiene su calle Sierpes y aunque la más famosa sea la de Sevilla, la salmantina es también muy antigua.  

Está entre la calle Ancha, la vaguada de la Palma y la calle Cervantes del que fue barrio chino salmantino, en las inmediaciones del Arroyo de los Milagros, la rambla próxima al Cerro de San Vicente donde empezó la ciudad.

Y es que Salamanca tuvo muchos arroyos hoy tapados o secos. Los más famosos fueron el Arroyo de Santo Domingo y el de los Milagros. Eran zonas inundables e insalubres en medio de la ciudad y se podría pensar que de ahí venga el nombre de una calle en la que posiblemente habría culebras, pues según la RAE, las sierpes son culebras de gran tamaño.

Pero la morfología de la primitiva calle, que ya existía en el siglo XV con el nombre de Sierpe en singular, nos indica que fue su trazado serpenteante el que seguramente le dio el nombre.

En Salamanca, además de la calle, hay una localidad en la provincia llamada La Sierpe, que surgió tras la desamortización de la dehesa de la Sierpe a los frailes que la poseían y una larga serie de pleitos.

Serva la Barí, Sevilla la bella en lenguaje romaní, fue la denominación extendida durante una época para una ciudad abigarrada y barroca que también está llena de misterios. Uno de ellos es el origen del nombre de una de sus calles míticas, la calle Sierpes.

Luis Montoto en “La calle de las Sierpes” se hizo eco de una hipótesis según la cual el nombre se debería a un ilustre vecino llamado Álvaro Gil de las Sierpes y a la vez afirmó que la calle ya se llamaba así en la Recopilación de las Ordenanzas de 1519 aprobadas por mandato de los Reyes Católicos.

En el Portal de Archivos Españoles (PARES) encontramos efectivamente a una persona llamada Álvaro Gil de la Sierpe (en singular), teniente de alguacil mayor de la Casa de Contratación. Pero el expediente es de 1676, muy posterior a los Reyes Católicos, época en que al parecer la calle ya tenía ese nombre.

El escritor José María de Mena relató una leyenda según la cual, en el siglo XV en tiempos de Alonso de Cárdenas, un preso de la Real Cárcel de Sevilla en su intento de fuga había dado muerte a una enorme serpiente causante de desapariciones de niños. En recompensa fue indultado y la quijada de la serpiente quedó expuesta en un mesón que pasó a llamarse Mesón de la Sierpe al igual que la calle.

En la calle Sevillana el agua del Guadalquivir serpenteaba aún con frecuencia a principios del XVIII cuando llovía mucho y el río intentaba volver a su antiguo cauce, que en tiempos llegaba hasta allí desde la Alameda de Hércules. Pero el plural de su nombre encuentra su mejor explicación en las sierpes que hay en la base de la Cruz de la Cerrajería también conocida como Cruz de las sierpes, que hoy está en la plaza de Santa Cruz pero estuvo en el cruce de la calle Sierpes con la calle Cerrajería.

En Valladolid está la calle de la Sierpe, que fue más larga y sinuosa y los fragmentos de la serpiente que decoraba la puerta de una de sus casas están hoy en el museo. Una copla refiere la muerte que allí ocurrió: “En la calle de la Sierpe/ mataron a Pepinillo/ por hacer burla a los guardias/ y enseñarles el culillo”

La calle de la Sierpe de Madrid está en el barrio de la Latina. Antiguamente allí había una fuente cuyo caño tenía forma de serpiente, lo que valió para que los madrileños empezaran a llamarla la de la Sierpe y terminó quedándose con ese nombre. En la placa cerámica de la calle hay un dibujo que representa dicha fuente. Antes se llamó calle de las Negras y por viejas supersticiones llegó a ser una de las calles con casas más baratas de la ciudad.

Otras ciudades como Cáceres, Toledo o Cartagena, tienen su calle Sierpes o de la Sierpe sin que exista una razón acreditada de tal nombre.

Y hay una famosa fuente de la Sierpe del siglo XVI en Ávila. Está en los jardines de San Antonio y dicen que admiró a Felipe II cuando la vio.

En la sierra de Peña Trevinca en la provincia de Orense, está la Laguna de la Serpe, de origen glaciar y asociada a leyendas de encantamientos, como ocurre con la Cova da Serpe en otra sierra entre Coruña y Lugo.

Muy cerca de Pontevedra, en la parroquia de Raxó del vecino ayuntamiento de Poio, uno de los núcleos de población o lugares, se llama “A Serpe”, la Sierpe.

Y es que Sierpes nos ofrece otra curiosidad relacionada con Pontevedra. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en la actualidad hay en España 43 personas cuyo primer apellido es Sierpes y todas ellas residen en Pontevedra y Sevilla.

Por. José Antonio López Rodríguez. Antiguo Alumno de la Universidad de Salamanca

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