La historia de ‘amor’ entre Unionistas CF y Álvaro Romero ha terminado de la peor manera posible, especialmente para el club salmantino.
El habilidoso y rápido extremo sevillano fue el jugador más destacado del equipo salmantino en la pasada campaña y en la actual había quedado relegado a un tercer plano por la petición del club de rebajar su ficha, cuando era uno de los futbolistas que menos cobraba.
Ante esta situación, el jugador pidió salir del club este verano porque contaba con ofertas de otros clubes de la categoría, recibiendo siempre la negativa por respuesta del club, que se remitía a la cláusula del jugador, de 40.000 euros. No en vano, pasada una fecha determinada, esa cantidad subía hasta los 100.000 euros, inviables para cualquier equipo.
Después del culebrón y de muchos ‘tiras y afloja’, Romero se quedó en Unionistas para dar el 100% por esta camiseta, tal y cómo reconoció el propio jugador desde el principio, centrándose solo en entrenar y jugar al fútbol.
De hecho, el entrenador Hernán Pérez contaba con el jugador al 100% y su deseo principal era que se quedase en el club porque le daba un salto de calidad, pero el jugador no era del agrado del director deportivo, Diego Hernansanz, quien no quería al jugador en la plantilla, al igual que ocurre con el capitán Piojo. Eso sí, pese a comentar en reiteradas ocasiones que “Álvaro y diez más” o que el “jugador tenía contrato”.
Lo cierto es que un “problema grave” provocado por el director deportivo con Álvaro Romero ha terminado con el jugador fuera de Unionistas gratis como cedido al Algeciras… y sin los 100.000 euros (más IVA) que, en teoría, su cláusula contabilizó en algún momento. Y debe fichar a otro jugador de su nivel con la que ‘está cayendo’.
