En las fiestas de 1982 se convocaron tres concursos: uno de escaparates en colaboración con la Cámara de Comercio, otro de redacción y un tercero de dibujo para escolares. Aprovechábamos las ferias para poner en valor mejoras en la ciudad. Ese año se inauguraron el Parque de Villar y Macías, el auditorio de San Blas, las urbanizaciones de la Marina Imperial, las Salesas y San Bernardo, y la escultura en bronce de Bretón.
Pero lo que más dio que hablar, lo que se convirtió en el referente de una nueva era fue, sin duda, el concierto de Miguel Ríos. 40.000 personas se dieron cita en la Plaza Mayor y en los contornos. Lo nunca visto. En los días previos se rumoreaba que la Plaza podía bloquearse y los comercios pusieron el grito en los cielos cuando desde la prensa se hablaba de rotura de lunas, de pillaje y no sé cuantas cosas más. Se formó una comisión de empresarios de la plaza Mayor que vinieron a verme y a los que les di todo tipo de seguridades. La verdad es que ese día estuve intranquilo hasta que terminó el espectáculo. La gente se portó bien. Con alegría y entusiasmo siguió las canciones de su ídolo, y al acabar se fueron dispersando sin provocar el más mínimo incidente. Los agoreros habían fracasado, debían esperar otra ocasión.
Otros espectáculos de éxito fueron la representación de El Joglars, al que asistieron 5.300 personas, y la de Víctor Manuel y Ana Belén, que congregaron a un número incontable de jóvenes y no tan jóvenes.
Otro acto con masiva participación ciudadana fue el desfile de carrozas. Las había disfrutado en las fiestas de San Agustín, en Toro, y me pareció un espectáculo grandioso. Desde el primer momento se comprometieron las asociaciones de vecinos que competían sanamente por los premios. El Ayuntamiento subvencionaba los gastos de construcción de cada una de las carrozas.
Para muchos de los que lean estas memorias los nombres que van a continuación les traerá recuerdos de otros tiempos en los que los salmantinos ganamos la calle. Miguel Ríos, Serrat, Els Joglars, La Orquesta Platería, Los Sirex, La Salseta de Poble Sec, Labordeta, Calchakis, Manuel Luna, Joaquín Sabina, Javier Krahe, Teresa Cano, María Dolores Pradera, Víctor Manuel y Ana Belén, Tete Montoliu, y otros muchos fueron los animadores de nuestras ferias.
Comenzamos a vivir unas fiestas participativas. De unas ferias frías y sin identidad, pasamos de la noche a la mañana a otras alegres y llenas de bullicio. Estaban concebidas para todas las edades, eran festejos populares, no clasistas, en los que se abandonaba para siempre las damas y reina de las fiestas, y salían del programa oficial los bailes de sociedad en los clubes privados. La gran mayoría de los espectáculos eran gratuitos y los de pago con entradas a precios populares.
A tres concejales socialistas debemos el trabajo bien hecho en festejos, y es justo reconocérselo: Jesús González Rivas, Jorge Sánchez Olivera y Emilio Melero Marcos. Las fiestas fueron sustentadas en tres pilares, la potenciación de los elementos culturales y festivos singulares de Salamanca, el promover la participación colectiva y recobrar lo auténticamente popular.
2 comentarios en «Inauguraciones y Miguel Ríos en Salamanca»
Sin lugar a dudas el concierto de Miguel Ríos en la Plaza Mayor ha sido el mayor éxito de público en Salamanca conocido. No sólo los salmantinos acudimos en masa, también del resto de la región de Castilla y León. Los pisos de estudiantes duplicaron su capacidad. Salamanca fue una fiesta.
Tanta que hubo peligro evidente de haberse producido una gran catástrofe ya que desde la Puerta Zamora o Calle San Pablo era casi imposible dar un paso. En la Plaza Mayor era imposible evacuar a personas que se sintieron encerradas en una ratonera.
Ahora ya está fijado un aforo para estos espectáculos pero sin lugar a dudas…¡Vivo en la Carretera! fue el mayor concierto de la historia de la Ciudad…financiada por el Ayuntamiento pero creo que también por la Caja de Ahorros…sin la cual no se entendería aquella época en la que Salamanca llegó a tener el mayor número de habitantes.
El mejor concierto que ha tenido lugar en la Plaza Mayor y en Salamanca. Vivirlo fue una experiencia inolvidable. ¡Jóvenes, eramos tan jóvenes!