Opinión

‘Make the Atom Great Again’: la temeraria apuesta nuclear de Trump

Imagen de Enrique en Pixabay

A finales del pasado mayo Donald Trump había firmado 157 órdenes ejecutivas, así que lleva camino de superar pronto las de su primer mandato, cuando publicó 220 en total. Ante tal avalancha de decretos, que vienen a alterar el orden político tanto dentro como fuera de Estados Unidos, es difícil evaluar con tranquilidad su posible efecto global y puede ocurrir que pasen desapercibidos algunos de especial trascendencia. Tal ocurre, creemos, con las órdenes sobre política nuclear, que, si prosperan, pueden ser las más lesivas para la paz, la seguridad y el medio ambiente global.

Tales órdenes ejecutivas se dirigen a los dos ámbitos principales de aplicación de la energía nuclear: el energético y el armamentístico. Nos referiremos aquí a este último aspecto, comentando una orden del pasado 27 de enero. Con ella Trump pretende relanzar la Iniciativa de Defensa Estratégica, más conocida como ‘Guerra de las galaxias’, que Ronal Reagan trató de llevar adelante sin éxito y que, después de 10 años de desarrollo, fue suspendida, no sin haber despilfarrado antes 30.000 millones de dólares. Por medio hubo problemas técnicos y financieros, pero también el giro del propio Reagan, que del desaforado armamentismo de sus primeros años pasó a la distensión con un Gorbachov que le caía bien.

La versión 2.0 de la Stars War se denomina ahora ‘Cúpula de hierro’ o ‘dorada’ y consistiría en un escudo defensivo, basado sobre todo en artefactos espaciales capaces de detectar e interceptar todo tipo de misiles lanzados contra EE.UU. (balísticos, de crucero, supersónicos y otros). Pero aunque se presenta bajo apariencia defensiva y pacífica, la ‘Cúpula de hierro’ sería un factor muy peligroso para la seguridad internacional, pues pondría en grave riesgo la disuasión y el equilibrio atómico en la que se basa la ‘paz’ entre las potencias desde la Guerra fría. A pesar de la considerable reducción de los arsenales nucleares desde mediados de los años 80, las potencias siguen teniendo una capacidad de respuesta tal que podrían infligir daños irreversibles al país agresor incluso después de un primer golpe atómico. Como se ha repetido, la guerra nuclear es una “que no se puede librar, pues no se puede ganar”. En definitiva, la disuasión, que evita la guerra atómica, se basa en la vulnerabilidad de las potencias, que ahora desaparecería para la que disfrutase de tal escudo espacial.  

Esto es muy desestabilizador de las relaciones internacionales, pues estimula el armamentismo de los adversarios, al empujarles a conseguir sistemas semejantes y a incrementar y mejorar sus armas atómicas buscando sortear los escudos antimisiles (ABM). Así lo han advertido ya las autoridades chinas en reciente declaración oficial. El proyecto ‘Cúpula dorada’, dicen, «aumentará el riesgo de convertir el espacio en una zona de guerra y de crear una carrera armamentista espacial, y sacudirá el sistema internacional de seguridad y control de armamentos». Y, añado yo, con el maletín atómico en manos de un sujeto como Trump.

El proyecto también supone violar algunos acuerdos internacionales, como el Tratado sobre el espacio de 1967, que prohíbe colocar armas de destrucción masiva en el espacio, la Luna o cualquier otro cuerpo celeste. Y es incompatible con las manifestaciones del propio Trump, que incoherentemente ha hablado del “horror” de las armas nucleares y de la necesidad de “desnuclearizar” el mundo.

2 comentarios en «‘Make the Atom Great Again’: la temeraria apuesta nuclear de Trump»

  1. Y además, recordar, que existe un Tratado de Prohibición de Armas Nucleares ratificado actualmente por unos 70 estados en el seno de las NNUU. Entre los que han firmado este tratado ninguno pertenece a la OTAN, pues no quieren desobedecer al Gran Jefe Americano. Para estar al día en este tema, imprescindible la página de ICAN: https://www.icanw.org/

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    • Gracias, Amalia, por tu comentario. Habría que recordar también el Tratado de no proliferación nuclear de 1968, que ese sí fue firmado (e impulsado) por las potencias. En él se comprometían a entablar negociaciones para la reducción progresiva de los arsenales nucleares hasta su total desaparición. Algo que, evidentemente, no se ha producido.

      Luis Castro

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