[dropcap]L[/dropcap]o único bueno que tiene el espectáculo político social que padecemos, es que no hace falta formar parte de cola alguna para asistir al entremés teatral que, por no dar con un desenlace apropiado, se está convirtiendo en una interminable pesadilla.
Ferreira Cunquero
Cuando D’Alessandro me chingó la vida
[dropcap]E[/dropcap]l titular tan llamativo no es un cebo para que hinques, amigo lector, tus ojos en mis letras. Ocurrió ciertamente que el mejor portero de toda la historia de la desaparecida UDS echó por tierra mi ilusión y mis carromatos de esperanza cuando, en una de sus grandiosas tardes, le dio por parar todo lo que ansiaba traspasar su feudo.
La vacuna y la churrería de la Moncloa
[dropcap]S[/dropcap]igo sin entender cómo, en el inmueble sanitario de la avenida Portugal, no se han tirado cohetes, mientras el padre putas y su camarilla le hacían un pasillo a la vacuna que por fin llegaba a Salamanca. Era muy temprano y no podía entender el despliegue de tanta policía a las puertas del edificio de Sanidad.
Todos eran nuestros muertos
[dropcap]E[/dropcap]l verano más asfixiante de nuestras vidas nos cerca con su poderío de calor mientras, enmascarados, vemos como empieza a darnos zarpazos la rutina.
Entre ventanas IV
[dropcap]H[/dropcap]e cogido la manía de observar a la Petri parapetado tras las cortinas del estudio para ver cómo, en la terraza de enfrente, le pega lingotazos al brebaje que ella denomina milagroso reconstituyente.
Bulos y ratoneras
[dropcap]L[/dropcap]a pesadilla sigue estirando su fantástica estructura, con tal variedad de tonos que me percibo inmerso en un encuentro con la tercera fase, sin un final predecible que me haga suponer dónde y cuándo puede terminar la pesadilla.
Entre ventanas
[dropcap]N[/dropcap]unca había observado con tanto detalle los ladrillos que rodean este entorno donde el encierro cada vez se hace más extraño. Mucho menos había caído en la cuenta de quienes moran los balcones, que enfrente de mi estudio empiezo a observar con obsesión. Se me ha hecho necesario ver todas las tardes a dos niños que corren junto a su padre una maratón por la balconada que da a dos calles en forma de ele.
Súper escopeta nacional 1
Los agricultores siguen, seguramente con toda la razón, organizando tractoradas en las carreteras, eso sí, sorprendidos con quien, en vez de dar soluciones,atiza la fogata. Las palabras del vicepresidente, excelentísimo señor don Pablo, van a pasar a la historia con toda seguridad por la carga que llevan de incongruente tomadura de pelo.
Como para estar de fiesta
[dropcap]N[/dropcap]o hay duda, esta es la hora de los predicadores y de la caterva de espabilados que aspiran a salvarnos de la hoguera.