Opinión

Bienvenida a una tregua

Para muchos lo más preciado del mundo es el dinero, para algunos es el tiempo, para menos el contento, y para todos debiera ser verse vivos ante el espejo, respirar el aire limpio, pasear de la mano de quienes se quiere y desaparezcan los cerrojos de las puertas. Gente sana que se alegre porque cesen las broncas, se lleven bien los adversarios y las banderas que ondeen más alto sean las de la concordia.

El poder del dinero provoca enfrentamientos y calamidades de dimensiones colosales, querer alargar el tiempo motiva inutilidad y frustración, y todo lo que cuesta sudor y fatiga acaba desasosegando. Habitamos un mundo de incertidumbre, prejuicios y carreras desbocadas, en que cuanto más gruesa se hace la concha de los moluscos, más fuerte se hacen las pinzas de los crustáceos que se los comen.      

Nos hace falta una tregua, el reposo que aligera el trabajo, rivalizar en el terreno de la amabilidad y hasta soñar que es posible el rejuvenecimiento sin potingues ni bisturí.  La verdad, los hay que parece les da vergüenza llevarse bien con los que no piensan como ellos y son de romper los puentes del entenderse con los demás. Falta el deseo de aprender y sobra hacer por venderse bien a costa de lo que sea.

Licenciado en Geografía e Historia, exfuncionario de Correos y escritor


Aliseda, una puta coja (2018)
Lluvia de cenizas (2021)
Puesto a recobrar el aliento
 (2023)

2 comentarios en «Bienvenida a una tregua»

  1. Lo que planteas Manolo hoy parece un imposible porque si no escuchas al adversario y no quieres proponer tus argumentos, solamente descalificar lo propuesto se entra en una senda sin final
    J.A

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