Feria monográfica

Después de tantos años transcurridos, y a pesar de las desavenencias entre los empresarios y la Diputación, la Feria Agropecuaria goza de buena salud
Salamq salamanca
La entrada al Recinto Ferial, el día de la inauguración de Salamaq. (Archivo)

Coincidiendo con las ferias y fiestas de septiembre, a partir de 1983 se celebraron las distintas ediciones de la Feria Monográfica Agropecuaria de Castilla y León en las nuevas instalaciones del Mercado de Ganados de la Diputación Provincial. El éxito de público y ventas estaba asegurado. La Corporación provincial ofreció al resto de las instituciones la constitución de un Ente Ferial para garantizar su continuidad. Después de tantos años transcurridos, y a pesar de las desavenencias entre los empresarios y la Diputación, la Feria Agropecuaria goza de buena salud, todos los primeros días de septiembre llega puntual a la cita.

Hicimos un esfuerzo por recuperar las fiestas de San Juan de Sahagún. Respetamos la costumbre de asistir a los oficios religiosos, desfilando desde la plaza Mayor hasta la iglesia del patrón en la calle Toro. La bandera de la Corporación y la Policía Municipal de gala acompañaban al alcalde y los concejales para dirigirse a la misa oficial. La primera vez que asistimos en Pleno a una misa fue el 12 de junio de 1979. Muchos salmantinos conocieron entonces mi condición de creyente. Algunos comentarios que se pudieron escuchar a la salida de la iglesia, se hicieron famosos: “Estamos ante un falso Jesús entre dos ladrones”, refiriéndose a los reclinatorios que ocupamos el alcalde y los dos primeros tenientes de alcaldes frente al presbiterio de la iglesia.

Mandamos hacer programas de mano y carteles de las ferias y fiestas. Resultaron tan originales que conozco a varios coleccionistas que los guardan como oro en paño. Son de admirar los realizados por Luis de Horna por su atractivo y sugerencia narrativa. Para evitar problemas con la elección del cartelista, éste era elegido entre sus socios por la Asociación Salmantina de Artistas.

Trajimos a las fiestas de San Juan actuaciones de prestigio. En 1982 disfrutamos de Labanda, Miladouro y Teresa Rabal, y se organizaron en distintas plazas verbenas populares. Pero lo verdaderamente singular de aquel año fue la recuperación de la “Semana Internacional del Toro de Lidia”. Rescatamos esta idea de los Ayuntamientos franquistas porque la ciudad y provincia tenía y tiene en el toro de lidia una de sus identidades, y no pocos salmantinos viven de su cría.

La fiesta de San Juan se aprovechaba para dar a conocer alguna publicación municipal. En 1982 apareció la edición facsímil del documento de la Pacificación de los Bandos. El grupo Raíces Charras de Julita Ramos organizó en la plaza Mayor una manifestación folklórica en la que intervinieron 500 niños, y en el Campo de San Francisco se pudo ver una exposición de plantas y flores que atrajo al parque más antiguo de la ciudad a todos los salmantinos.

Se siguió con la tradición de celebrar la corrida de beneficencia a favor de las Hermanitas de los Pobres. En 1982 el Ayuntamiento programó una novillada para apoyar la Semana Internacional del Toro de Lidia. Los fuegos artificiales dieron el cierre a unas fiestas en las que logramos una participación popular desconocida hasta ese año, pero siempre menor que en las de septiembre. En los barrios de San José y La Vega surgió un grupo de majorettes que recibieron el nombre del primero de los barrios citados, San José. Animaban, junto con Raíces Charras, todos los festejos municipales. Las chicas realizaban ejercicios y piruetas que encantaban a cuantos las contemplaban.

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