
Oremos
Hoy más que nunca necesitamos el reconocimiento del Misterio en la vida humana. Una de las peores enfermedades de hoy es que estamos distraídos y fragmentados. Sufrimos una gran crisis de interioridad y de todo aquello que nos conduce a la paz de los adentros. Ignoramos la fuerza psicológica y mental que pueden tener la contemplación, la meditación y la oración. Estamos superando antiguas formas de oración y elaborando otras maneras de caminar hacia la espiritualidad más positivas y plenificantes. (…)